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Vulcano

Parágrafo 1: En ningún momento de la historia alguien se convierte en árbol de navidad.
Parágrafo 2: Los nombres de los personajes han sido modificados, no para protegerlos de usted, sino de ellos mismos.
Parágrafo 3:Si alguien lo esta filmando por leerlo, huya. ( Si es posible a somondoco).
Parágrafo 4:Esta no es una historia medieval.

Es mi soledad, pero no siempre ha sido así, también ha sido de miles de espectros que bohemios caminan taciturnos por las oscuras calles de la ciudad; ha sido de mentes que no encuentran sosiego en su cotidianidad; de aquellos que cuchichean en la multitud con sonrisas pintadas a la ligera en su rostro, envueltos en un ambiente cínico y mediocre. He permanecido mucho tiempo allá afuera y me he contagiado de su indiferencia y fatalismo, de su lema de vida: “ medio mundo se hizo para comerse el otro medio”, y yo no estoy en el que va a ser devorado. Recibí billones de caricias fingidas y golpes en la espalda que intentaban darme alientos de vida para continuar; amé y como diría Benedetti, contemple atribulado el rojo azul del cielo. Me desboque, como un caballo sin riendas, hacia la pasión y el clímax; divague sin brújula atormentado durante crepúsculos sin fin buscando solo un poco de pacifismo para acallar tantas voces que me mentían en el oído, a cambio de unos cuantos billetes y chicles de poco sabor.

Aturdido por el silencio de mi alma, revolqué mi cuerpo en continuas orgías sin sentido, constantemente era aruñado, mordido, rasgado, sudaba, vomitaba, eyaculaba, discernía, escapaba, retornaba, subía al infierno y bajaba al cielo, explotaba, mis oídos sangraban con un gran caudal por tus mundanos ecos. Sumergido en ese Tom Collins, aprendí a respirarte, a respirarlo, a sentirlo, a sentirte, a apaciguarlo, a apaciguarte, a entenderlo, a... ¡no! ¡Maldita sea! A entenderte nunca pude.

Fui prisionero de guerra, porque en la guerra y en el amor todo se vale, en tus ojos claros; Fui vasallo de tu cuerpo y esclavo de tus palabras. Recuerdo esa noche con la luna postrada sobre una colina, nuestros cuerpos desnudos y sudorosos acariciándose junto a una escultura antigua de bronce llena de patina, la escultura de “pirámide song” ubicada en el costado y lumbar de la ciudad; Pude haber evitado que la pajuela que llevaba en mi cuello cayera, pero no lo hice. Intenté que el aroma de tu piel no me arrastrara hacia el abismo, a la locura, pero todo fue en vano. Hiciste que mis pupilas se dilataran, que mis músculos se contrajeran, que mi epidermis te consumiera con diabética meloseria, en fin, que renunciara a mi instinto salvaje para tratarte con calidez y suavemente, dentro de mi se mofaba hasta retorcerse con increíble alegría y celebrando su victoria. Él no podía creer que yo hubiera sucumbido pasionalmente a la tierna carne de una presa sin haberla aniquilado mentalmente primero, y, a la vez esperaba temeroso que no fuera una trampa creada por el destino, otro lobo vestido de cordero que viniera a retarlo por el dominio de la manada y fue de este modo como el rocío nos lanzó a un nuevo día.

Quito el barro de mis botas y los colores de mis ojos. Me extiendo agotado en el sofacama, hasta que Morfeo me lleva consigo. Me levanto cuando el día casi alcanza el crepúsculo, estoy totalmente desarmado de palabras y mi mente esta en blanco, entonces digiero algunas imágenes de televisión acompañadas de unas galletas de chocolate con crema de avena. Mi nariz sangra como infalible señal de que he terminado, este es el punto del delirio en mi rostro demacrado.



Después de un sádico lavado cerebral, comprendí que ya no podía querer a nadie mas, que mi amor por vos era algo que ya no se podía echar para atrás, que era amargamente inderrocable. Consciente estuve que te habías llevado mi ser pasional, que habías sacado lo mejor de todo mi nefasto repertorio para mostrarme que a nadie podía querer mas que a ti, ni siquiera a mi propia existencia. Te odio, el problema es que te amo mas de lo que te puedo odiar, soy demasiado elástico. Me hablaste de blasfemias pasionales, de mentiras amorosas, y YO, indefenso, acepté que en adelante sería sólo un vegetal, un vegetal de fuego.

Empecé entonces a crearme en un juego de biodrez, debía tener las suficientes fichas para no ser fácilmente doblegado, para no flaquear ante el demonio de mil ojos que ofrece ternura y cariño, a cambio de tu piel, para no caer en los pétalos de la flor carnívora de la sociedad; el principal problema es que no había muchos roles que yo pudiera desempeñar, normalmente no manejaba el cinismo, así que lo deje como un as bajo la manga. Construidos con una aleación de mercurio hormonalmente fuerte y argón de regular tamaño cobraron vida.

Los peones serian indiferentes racionales que lo podrían solucionar todo, pero que como cosa rara no lo harían; las torres serían ingenieriles celuloides que mantendrían custodiado el juego; los alfiles serian cuenteros esquizofrénicos que vivirían en una época de abstinencia; los caballos serian bailarines estáticos sin música y sin ritmo; la corte estaría llena de padres sin familia, es decir, de circuncisos; el verdugo sería sin lugar a dudas un modesto egocéntrico; el príncipe sería sádico y silente, de ojos negros y piel de arena; la reina convertida por completo en una consejera corporal multiforme; y, por ultimo, la figura a cuidar debería ser el típico modelo de la fidelidad que impediría el pernicioso derrocamiento del reino y por tanto la pérdida del juego, nacido siglos atrás de la semilla de una antorcha encendida licuada con unas cuantas ramas de cardamomo y regado con José Cuervo diariamente; Vulcano, el vegetal de fuego: el Rey.

Busqué en mi imaginación a alguien diferente a quien pudiera amar, pero, ni siquiera en mi imaginación podía hallarla, realmente no sé si busqué en los lugares indicados o si de veras quería encontrarla, porque casi siempre para encontrar algo hay que querer hacerlo y yo no estaba para ese tipo de cosas; Era una especie de Rambo que es puesto en libertad y tiene de seos de pelear con un ejercito de mujeres y niños indefensos, de esto soy culpable, esto me dejo tu amor, unas piezas de Biodrez y unos insaciables deseos de ganar este juego que perdí y que tu me enseñaste sin saber nada, en el cual por descuidarme ante ti, fui jaqueado.

Recorro ahora las antiguas calles, buscando motivación pero a la vez sin querer encontrarla porque sé que me va a doler mucho hacerle daño a quien no se lo merece; Soy un rey midas del fuego, todo lo que toco, amo y deseo se vuelve cenizas, la llama lo convierte en recuerdos irrecuperables, siento pánico de amar, terror de que mis manos desaparezcan en un toque lo que mis palabras han conseguido al ser escuchadas, tiemblo al ver que las caricias se acercan y quizá, sólo quizá, yo no pueda devolverlas.¡Ella me pide amor! Y yo me pregunto reprochándome, ¿porqué no lo puedo hacer como lo hice contigo?, Si mi corazón sabe claramente que allá no será apuñalado por la espalda, si mis sentidos comprenden que el elixir será duradero.
¿Porqué siento que soy hipócrita y cínico cuando mis labios resecos beben los suyos?¿Porqué siento que la honestidad (si es que eso existe) no es plena y que ella sufrirá?¿Ella sufrirá?.



Quiero encontrarte para que mis piernas tiemblen y mis estomago sufra espasmos, para pedir una revancha y derrotarte, para liberarme de esta pasión masoquista, para abandonar mis fichas y poder amar de la manera más simple y sin estrategias de destrucción pasional a quien llego un día soleado con lagrimas gruesas rodando por su rostro.


Vulcano

Texto agregado el 24-03-2004, y leído por 267 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
02-08-2004 Oye...esto es demasiado intenso, cuánta pasión!!. Me llegó profundamente. muertelenta
 
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