A partir de ahora ya nada seria igual, la vida del rector había entrado en un laberinto que seria difícil de sortear, Roxana había irrumpido en su vida de la manera menos creíble, pero allí estaba ella, en la habitación lindera, conviviendo con su propia hija, sus nervios estaban a punto de estallar, pero esto continuó.
Esa mañana durante el desayuno que compartían, Roxana le dijo si podía llevarla hasta el lugar donde ella trabajaba, pues había olvidado que tenia tareas que realizar y se había demorado estudiando, no pudiendo decir otra cosa acepto, y salieron una vez terminado el desayuno; durante el viaje la actitud de Roxana cambio radicalmente, le dijo que no estaba dispuesta a esperar más, que si no era el seria ella la que hablara, una sensación de pánico se apodero del Rector, le pidió que tuviera paciencia, que todo se arreglaría y que siguieran como antes, viéndose en secreto, porque el realmente estaba perdidamente enamorado de ella.
Las cosas volvieron al estado anterior, se veían a menudo y parecía que todo andaba bien, Roxana seguía yendo a su casa varias veces a la semana a estudiar con Silvia, pero Jorge algo ya había empezado a elucubrar en su cerebro, como terminar esta relación que lo estaba destruyendo, y destruiría su familia y su vida.
Pensó mil y una formas de terminar con Roxana, pero ninguna le parecía siquiera factible, estaba conociendo otra Roxana, no la jovencita amorosa y dispuesta que lo había enloquecido al punto de enredarse en esa relación adúltera que iba en contra de los principios que llevó como bandera toda su vida.
Así las cosas siguieron durante un tiempo prolongado, calmando las exigencias de Roxana, con promesas, regalos y encuentros tumultuosos, en los que ella exigía y el saba en la medida de lo posible.
Esa tarde, estaban en la cama de ese departamento que servía a sus encuentros secretos, cuando el de pronto le dice que este fue el final, que ya no habría más encuentros y que por el bien de ambos, tenía que terminar ese mismo día.
Contra todo lo esperado, ella asintió y dijo que estaba de acuerdo, que si no lo hacían publicamente lo mejor era poner punto final a esta situación, que ella no olvidaría facilmente, pues se había entregado totalmente a el, y creyó en sus promesas de blanquear la relación, lentamente se vistió, retocó su maquillage y con un certero disparo acabó con esta historia de amor. |