Caras distintas,
pensamientos diferentes,
sueños independientes,
que entre una misma idea
surgen con diferentes formas,
que andan por un mismo camino,
pero no por una misma línea.
Tamaños diferentes,
formas distintas,
actitudes cambiantes,
voces que se oyen,
otras que se escuchan,
y algunas que jamás abren su boca
y no dicen nada.
Esperan todo a un bus, en el mismo sitio, pero para bajarse de seguro, en paraderos diferentes.
Distintos sexos,
colores diversos,
voces en tonos desiguales,
miradas penetrantes,
otras indiferentes,
algunas alegres,
pero todas con objetivos muy variables a los de aquellos que a su lado se encuentran.
Gestos buenos, gestos malos,
cosas bien hechas, otras descompuestas,
que entre el bien y el mal siempre oscilan a gusto de su ignorancia.
Gente, gente y más gente es la que transita por las calles del mundo, que aunque son del mismo material, nacidos en la misma tierra, comen de lo mismo y sus cuerpos son muy parecidos, son tan distintos unos de otros que llegan a tener costumbres diferentes, vivencias aparte, experiencias similares pero nunca iguales y aunque todos padezcan de lo mismo, siempre son variables las cosas que los siguen a cada uno en su camino, que aunque vivan juntos jamás se sabe lo que el otro está haciendo y cual si fuera poco, cosa que a todos nos sigue como loco, es la inequidad que hay entre coco y coco.
Se divieden las tierras,
se pelean por materia,
luchan contra sus principios,
contra lo que quieren
y se confunden en incertidumbre.
Dividen lo que es de todos y pocos comparten lo que es de si mismos, reinan a su misma gente sin permitir la expresión del mundo. Sin embargo, siempre están aquellos a los que en su corazón guardan lo que a otros les hace falta y combaten con ternura la fealdad que intenta absober el querer y el bien que otros tienen. Ahora para terminar, lo "bueno" es que de lado y lado, la balanza siempre, ¡con tanta variedad!, mantiene equilibrada. |