Cada uno esta solo sobre el corazón
De la Tierra
Suspendido de un rayo de sol
Y de pronto anochece

(Salvatore Quasimodo)

La aparición de esos rostros en la multitud
Pétalos de un ramo húmedo y negro
(Ezra Pound)

Lirios del campo
Haced como si no estuviera aquí
Aquel que os contempla.

(Anónimo)


A través de estos tres poemas podemos percibir un retrato de nuestra sociedad actual, se advierte a un ser sumido en el desamparo. Hoy el hombre se encuentra perdido , al no poder encontrar respuesta a su sufrimiento. Busca en recetas , creencias y diversos caminos esta felicidad.

La palabra “soledad” abarca una serie de emociones imposibles de describir con palabras. El sentimiento de abandono y extrañeza se gana a partir de nuestro nacimiento, somos expulsados a un mundo frió, lleno de peligros. Este hecho de no pertenecer a nada nos aflige, mas aun al consumirnos por la monotonía diaria.

Por esta razón el ser humano busca el consuelo y la compañía , aferrándose a la primera luz que se asoma en la oscuridad, pero esta perdura porque la inestabilidad de cada uno obliga a separarse. El humano se reencuentra pocas veces, cayendo en un éxtasis pasajero. El cual sigue buscando a través de su vida, sintiéndose en plenitud solamente al encontrarlo.

Como quisiéramos que estos momentos duraran muchas horas, rompiendo para siempre con este estigma. Según Adolfo Becker “La soledad es muy hermosa... cuando se tiene alguien a quien decírselo.”El ser humano es un animal acostumbrado a vivir en sociedad, ya que de este modo ahuyenta el miedo causado por la muerte. Es por eso que muchas veces al abrir los ojos cae en la depresión, siendo en ese momento cuando la ansiedad corroe sus fuerzas.

Todo gira en torno a la búsqueda de la otra mitad, la estabilidad fugaz, y el sentimiento de pertenencia. Caminamos errantes frente a los reflejos de nuestras vidas, siendo esa la razón de nuestra necesidad de escribir para así vivir nuevas realidades.

Día a día nos vemos enfrentados a nuestra marca de nacimiento, que nos obliga a vagar sin rumbo tal como Caín, portando nuestras heridas a vista de todos. Aliviando el dolor solo con palabras, ocultando nuestros demacrados rostros tras las caretas curtidas por el tiempo., viendo “esos rostros en la multitud / Pétalos de un ramo húmedo y negro”.