En la tierra del sur nací, surgiendo como un amanecer entre las cordilleras que dividieron los mundos y los sueños, entre los que sueñan y los que temen soñar.
Fui sembrado en la tierra como un pequeño Helecho, para crecer y ser como un Ébano de la madera más fuerte y pura, con raíces vigorosas que jamás se moveran.
Alimentado por la tierra en que nací, con frutos de esperanza y fe, criado entre batallas, peleas por el conocimiento y la conquista del amor, reclamando siempre la tierra que nos hace dueños del paraíso, de los frutos anhelados y las ilusiones perfiladas, para no abandonar la pasión por el amor que nos levantó del mundo que quería apoderarse de las ilusiones que cada uno de mis hermanos y yo teníamos para las praderas en que nos germinaron en los campos del sur.