Una vez más te he visto.
Qué grato fue hablar contigo,
siempre tan radiante, siempre tan hermosa.
Cuánto había deseado volver a verte.
Desde esa primera vez que te escuche me enamoraste
y desde entonces te quise conocer.
Ayer, cuando esperaba escuchar otra voz
y empezó a sonar esa melodía que es parte tuya,
mi corazón se emocionó
y cuando te vi y comprobé que eras tú,
viajé a la luna y regresé,
conocí el infinito y goce vivo en el Edén.
Era como levitar sobre un inmenso oceano,
era como volar sobre los Himalayas
y confundirme de blanco con la nieve.
Fue el hecho de verte,
de tenerte frente a mí,
ser una estrella y recorrer el universo
con la luz que proyectas.
En ese momento quise brincar hasta tus brazos,
pero traté de conservar la calma
y sólo vociferaba palabras al viento
para que me escucharas y volvieras tu mirada hacia mí.
Mi voz se quebraba y sentía que me abandonaba,
pero no podía permitirlo,
eras tú y tenía que estar contigo.
Cuando por fin pude subir y estar a tu lado,
recuperé mi voz,
canté junto a ti,
hasta que todo quedó en silencio
y pude hablar a solas contigo.
Qué hermoso fue todo,
cuánta alegría sentí.
Estaba junto a ti,
era como un viejo amigo,
habalamos hasta que se me permitió
y me llamaron desde el cielo
para regresar a donde pertenezco.
Cuando desperté de mi sueño te seguía viendo.
Mi alegría no se marchó,
sólo lamenté nuestro "hasta luego",
lamenté no verte más por esa noche,
pero qué alegre fue el haberte visto.
No fue la primera vez que te vi,
por eso espero volver a verte,
así como anoche otra vez te vi.
Aún sigo soñando despierto
e imagino el día en que te pueda conocer
y hablar contigo más allá de un sueño. |