Inicio / Cuenteros Locales / la_Columna / Día de la Hispanidad.- Escribe M_a_g_d_a2000 para La Columna de los lunes
Día de la Hispanidad
El doce de octubre celebramos una fiesta común para la mayoría de los que andamos por aquí dejando nuestras letras. Con el Día de la Raza o Fiesta de la Hispanidad como se la denomina a ambos lados del Atlántico, conmemoramos la fecha en la que Cristóbal Colón pisó por primera vez suelo americano.
Muchas discusiones pueden abrirse sobre este tema, desde la propia denominación de la fiesta hasta las consecuencias de esa llegada de los españoles a Hispanoamérica y la posterior conquista. En cuanto al nombre de la festividad, no me gusta demasiado el del “Día de la Raza”. ¿Qué raza? Afortunadamente los habitantes de las distintas tierras americanas pertenecían a distintas etnias, tribus o cualquier otro sinónimo que de raza podamos encontrar, y los españoles que allí llegaron, haciendo de la necesidad virtud, se mezclaron con los pobladores que encontraron resultando un mestizaje a todas luces enriquecedor para conquistadores y conquistados.
Otra de las discusiones que siempre salen en esta fecha es precisamente esa, la del papel de los conquistadores. Hay quien hace hincapié en las tropelías cometidas por los españoles en el continente americano, y quienes prefieren fijarse en los beneficios que a todos nos trajo esta ocurrencia del marino ¿genovés? de buscar un nuevo camino a las tierras del Gran Khan, y su posterior despiste que le hizo desembarcar en Guanahani, que bautizaría como El Salvador, confundiéndolo con las Indias Orientales.
Personalmente creo en una frase que dice “no se puede juzgar el pasado con los ojos del presente”. Nada tiene que ver la forma de pensar de hace más de 500 años con la que tenemos ahora, cuando esos hechos nos parecerían una auténtica aberración. Prefiero resaltar los aspectos positivos que para todos nosotros ha tenido este encuentro que se produjo entre los indígenas de las tierras americanas y los españoles que fueron llegando hasta allí. Pienso que existen dos razones por encima de todas las demás por las que nos debemos de sentir orgullosos de que esta conquista, con todas sus luces y sus sombras se produjese. De una de ellas ya hablé anteriormente, el mestizaje, la mezcla de razas y culturas.
La otra, como podéis suponer, es el lenguaje. Tenemos la gran suerte de compartir una lengua extremadamente rica, que nos ha dado muchos de los más importantes escritores a nivel mundial, desde el chileno Roberto Bolaño al uruguayo Benedetti, por citar sólo un prosista que escribe poesía y un poeta con una prosa limpia y clara, pasando por tantos otros. Un idioma que también, y sobre todo, nos permite comunicarnos a casi cuatrocientos millones de personas, a pueblos tan alejados geográficamente pero tan próximos en sentimientos, en el modo de transmitir emociones. Y no estoy pensando sólo en las distancias entre España y América, sino también en países como México y Argentina o Cuba y Chile. Una lengua que nos ha permitido compartir culturas y que debemos de cuidar, de mimar con todas las variantes que se dan entre nosotros.
La Fiesta de la Hispanidad me sugiere concordia, acercamiento, hermanamiento. Muchos de los países que conformamos esta comunidad hispana hemos compartido problemas similares a lo largo de la historia, economías débiles, gobiernos dictatoriales, guerras civiles abiertas o encubiertas, etc. Tal vez por eso se dio en toda Hispanoamérica un hecho por el que los españoles debemos de estar sumamente agradecidos, el acogimiento de muchos de nuestros compatriotas después de nuestra guerra civil en el pasado siglo. En Argentina, en México y en otros tantos países nos recibieron con los brazos abiertos y muchos españoles que huían de una muerte bastante cierta aquí en España, rehicieron su vida en América.
En torno a este último punto me hago una última reflexión que no puede sino causarme una profunda tristeza y un gran estupor. En estos momentos España es un país receptor de inmigrantes, no sólo hispanoamericanos sino de distintas partes del mundo. Teniendo en cuenta que antes hemos emigrado por razones económicas, políticas, etc, no puedo entender el por qué nos comportamos con las personas que vienen a nuestra tierra de la forma en que lo hacemos. Y no me estoy refiriendo a las trabas que se les pone para entrar (esta sería otra discusión muy interesante), sino al trato que los damos una vez conviven con nosotros, el comportamiento que tenemos con ellos, como si fuesen ciudadanos de segunda o de tercera clase, cuando realmente aportan mucho más de lo que reciben, y no sólo me refiero a bienes llamémoslos “espirituales” sino también puramente materiales. Es una de las cosas que me hacen pensar que la evolución de la raza humana es más una regresión que otra cosa, que nos llamamos animales racionales por puro egocentrismo pero sin demasiadas razones objetivas para poder adjetivarnos así.
Ojalá en algún momento esta tendencia cambie y podamos convivir sin preocuparnos de dónde procedemos unos y otros sino lo que compartimos en ese momento.
Pasad un buen día 12 de octubre, los de allá en la floreciente primavera y los de acá en un otoño benigno.
Magdalena Marquez : m_a_g_d_a2000
8 de octubre de 2007
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Texto agregado el 08-10-2007, y leído por 3640
visitantes. (16 votos)
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Lectores Opinan |
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10-10-2007 |
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Me resulta difícil opinar sobre tu texto que entiendo que lo has escrito desde el corazón y con vistas al futuro, dejando de lado un pasado sangriento y de destrucción. La mayoría de los americanos somos descendientes de extranjeros, yo misma lo soy, eso es un hecho que se da creo únicamente aquí en América, no podría asegurarlo, pero casi casi. Te felicito por la valentía de traerlo aquí, pero...., hay hechos inedubibles que manifiestan que en América hubo un despojo y una matanza que la historia hábilmente trata de ocultar. Si bien eran otras épocas, creo que eso ha influído considerablemente en el desarrollo social, político y económico, como también en el cultural. De niña me enseñaron a respetar el Día de la Raza, de grande me resulta difícil hacerlo. No puedo mentir mi querida tocaya y decir lo contrario, puedo asegurarte eso sí que si bien los "indios" eran diferentes a lo que el viejo mundo estaba acostumbrado, eran culturas riquísimas y muy avanzadas. También es cierto que en América se le dio cabida a los inmigrantes, pero ello fue sencillamente porque el poder normalmente siempre estuvo en manos de inmigrantes o de hijos de inmigrantes. Quizás si hubiera sido la raza pura americana con sus diferentes etnias, la cosa hubiera sido diferente y no te sentirías mal del comportamiento de tus compatriotas hacia los ahora inmigrantes americanos. Tu texto, como siempre, perfecto. Un beso y mis estrellas. Magda gmmagdalena |
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09-10-2007 |
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Gracias a todos por leerme en la columna y por dejar vuestras opiniones. m_a_g_d_a2000 |
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09-10-2007 |
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Conicido con azulada y con meci. Lamentablemente creo que no hay nada que festejar, es más sospecho que debería de ser una jornada de duelo, por las culturas destrozadas y los paises hambreados. Es claro que "no se puede juzgar el pasado..." Pero la pirateria y el pillaje fue siempre sancionado por todas las coronas europeas y tambien fue usado como forma de hacerse de ganancias. Aqui, en latinoamerica, se robo, se mató, se aniquiló. Se vació el Potosi de su plata y se lo lleno de sangre. Bien lo explica Galeano en sus Venas abiertas de america latina. NO quiero extenderme más, simplemente decir que la columna es buena, su opinión compartida o no es clara, y el tema abordado, polémico. saludos, marfunebrero |
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09-10-2007 |
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Sin entrar en disquisiciones porque sería muy largo, buena prosa. margarita-zamudio |
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09-10-2007 |
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Es muy difícil ser ecuánime en un tema como éste en el que tendrían que opinar todas las partes. Partes que ya no están porque sus voces fueron enmudecidas por el tiempo, tanto de una orilla como de la otra. Además, tal vez me precipite al decirlo, pero pienso que el tema de la Hispanidad debería ser más bien un tema de justicia, restituir, pedir perdón contribuir con el reparto distributivo desde una política de inmigración más humana frente la expoliación que se hizo un día. Y todo ello no debería oponerse a una reconciliación sincera y debida como bien propone este columna de hoy. Pero para mí que estas efemérides son utlizadas sobre todo en estos días aquí en España por los sectores más inmovilista. Y no es mi intención echar más leña al fuego, sino que las buenas voluntades y remedios no sean (a)paños calientes. azulada |
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