Recostado en la cama de mi abuela esperando q el olor de su perfume no se desvaneciera de su habitación, atrapando cada recuerdo que me causara alegría y evitando a toda costa que alguna lagrima escapase.

No recuerdo muy bien la edad q tenia cuando esto paso, pero aun recuerdo lo q ella me dijo:
No llores por mi, si vas a llorar q sea por un buen motivo, si me vas a despedir q sea con una sonrisa, q no te suene mi partida a un adiós, si no a un hasta luego.

Quizás fui el único q tenia sonrisa en su entierro y un girasol en la mano, tres cosas le di para su partida, mi sonrisa la q prometí, la flor q mas le gustaba y mi silencio para solo escucharla...