La mujer desde su nacimiento
sabe de rechazos y dolor.
Cuando es parida
los padres dicen sin amor.
¡Nosotros primero queríamos un varón!
Y comienza el rechazo,
la angustia de no ser querida.
Se prefiere al hijo
futuro sosten de la familia.
Ella va creciendo en recatado retiro
soñando con su libertad reprimida.
Los padres piensan con su alejamiento
o quizás un casorio
y rápida despedida.
Dios nos libre
del accidente de un hijo no requerido.
El estigma y la verguenza azolan la familia.
Pero para el hijo hay comprensión
por el error cometido.
¡Pobrecito! La muchacha lo engañó
De ella es la culpa, solo de ella
Pobre bendita hija de Eva
Si tuyo es el milagro de la concepción
como lo tuvo María
Y solo tuya es la alegría
de ver a tus padres a tu alrededor
porque sólo tu cerraras sus ojos con amor
Nomade......
Texto agregado el 06-10-2007, y leído por 139
visitantes. (6 votos)
Lectores Opinan
23-04-2008
poderoso final
"Pobre bendita hija de Eva
Si tuyo es el milagro de la concepción
como lo tuvo María
Y solo tuya es la alegría
de ver a tus padres a tu alrededor
porque sólo tu cerraras sus ojos con amor" *****me facino guero
11-02-2008
Bello poema que reivindica a la mujer como esecia pura de la naturaleza. Bravo, bravo... Sofiama
07-10-2007
Somos hijas de Eva y de María.¡Muy bueno!***** almalen2005
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