Joder con la sirena.
Hacía varias semanas que le espolvoreaba su comida sobre la superficie. Me gustaba ver como ascendía para atrapar las partículas justo antes de que todo empezara a enturbiarse.
No creo necesaria tanta prisa, pero esta manera de conducir...
Es muy relajante, me dijeron, y yo me dejé convencer.
Menos mal que fue en la mano izquierda, la derecha sostenía el bote de la comida y quedo a salvo.
Ya no me duele, parece que han detenido la hemorragia.
Hay que vigilar el ph y la temperatura del agua, el termómetro marcaba 27º y quise comprobarlo.
Parece que por fin llegamos.
Por qué nadie me había dicho que era una piraña.
Texto agregado el 06-10-2007, y leído por 113
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