La vi entrar, su piel blanca deslumbrando la mía, su estatura confirmando su valioso espíritu, sus ojos brillantes empapados de alegría y asombro.
mi corazón quien aún reposaba en calma, la recibió con ganas de abrazarla, quería salir y gritarle lo mucho que la quería, admiraba y deseaba, sus movimientos fueron en vano, mi cuerpo en shock, mis ojos ahogados de felicidad y mis voz una onda mas, una de las miles que agradecían poder verla frente a nosotros.
la histeria trepó por mi cuerpo, el grito que nunca oí surgió de repente, las piernas como dos de sus más grandes fans saltaban para no perderse de su presencia.
ella nos vio, luego lanzo su arte sobre nosotros, hasta untarnos a todos, nadie quedo librado de dicha ola sensorial, contándonos sus mas intimos pensamientos mientras una onda gigante hacía eco junto a ella, éramos mil en uno solo.
éramos mas que gusto, éramos amor y deseo. |