Autores: Iván René, Carolina Pérez, John Sarabia
Ella recibe ese líquido acuoso sobre su piel de porcelana y una gota se desliza sobre su mejilla hasta los encarnados labios, refrescando un poco el fuego abrasador que estaba consumiendo su cuerpo hacía varios minutos.
El hormigueo de la gota resbalándose por sus labios le hace sentir la necesidad de probarla. Los músculos de la lengua se contraen formando una lanza carnosa que sale tímida entre las celdas de su boca y ataca ansiosa a la gota. Su sabor entre ácido y amargo atiza los carbones de su memoria, incendiando de nuevo el recuerdo del hombre de al lado que le clava la mirada desde la mesa iluminada por un tenue haz de luz que guinda sobre su cabeza. Ese era el suyo, aquel que detiene la copa insinuando una invitación a su mesa.
Un par de copas encima y la necesidad de hacer de esa noche una excitante aventura la empujan a aceptar el apasionante reto. Estrechan sus manos concretando el acuerdo mudo de hacer de sus cuerpos un alimento efímero.
El bolso se resbala por su brazo chocando contra el suelo entablado de aquel sitio viejo y se inclina para recogerlo con un movimiento delicado y felino. Es allí, en ese momento, donde recibe el líquido en su rostro, allí mismo donde saborea la gota en sus labios. Quería devorárselo aquella noche y con el disparo en la cabeza del hombre alcanzó a saborearlo. Sintió la lujuria de mil neuronas pensando en sexo.