Pero puede que te encuentre ultimamente
entre tanto me confundo con la gente...
(Andrés Calamaro)
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Siguió caminando, y sintió vértigo, caminaba cada vez mas a prisa, pero el seguía pisándole los talones, era como una mala sombra. un aire feroz que le helaba la nuca, su sonrisa llena de gags la hacia sentirse lastimada y observada en lo mas profundo de su ser. Por eso acelero el paso pero toda aquella gente que estaba ahí, no le permitía correr, el hombre caminaba pero siempre estaba a un paso de alcanzarla, en una esquina en la que doblo rápido, se sintió perdida, vio la calle vacía, entonces cerro los ojos, luego luego sintió que el hombre pasaba a su lado riéndose, solo pudo escuchar: "Egocéntrica estúpida, piensas que te persigo, pero estoy buscando a otra persona..."

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Ahora cerro los ojos y los volvió a abrir, era una cosa rara, los sintió completamente cerrados por la lagaña, tan densa era la oscuridad que no dejaba mas que dudas, una vez mas sintió que lo pasaba a su lado era la muerte, que perseguía a alguien mas, para ser mas cruel, para que sufra mas, antes de encontrarla a ella, como si supiera que de una u otra manera, el fin llega rodeado de pequeños términos de historias truncas, que se resuelven siempre por el lado del daño, para asumir las culpas, que nadie deja de esconder en sus manos cerradas, y las balas y las causas y la sensación de que todos estamos siendo perseguidos por ambos lados...

A Armando lo habían golpeado demasiado antes de matarlo, los militares que vieron a la vieja, pensaron que era mejor así, no debía ver eso, antes, en la noche, cuando lo hicieron, el tiempo era oscuro y se sentía el ruido de todas las voces que daban vueltas en el espacio, pero los sonidos de los tiros de gracia fueron vaciando el sonido de todo, y cuando fue el ultimo, fue como si la tierra entera se hubiera quedado vacía de aire de sonido y de todo!, por eso se dedicaron a hacer los huecos cuanto antes, para no tener que estar mas tiempo que el necesario en ese lugar tan vacío, y a la vez tan lleno de olor a pólvora y luego a nada, a sangre que bebe la tierra y no se mueve, que no acaba de teñir el campo, por eso echaron la tierra tan rápido, para luego correr lejos de ese montón de hoyos que escondían tanta gente, y fue como si en el ultimo balazo la gente se sintiera herida también, en lo mas profundo de su ser, por todos esos tipos llenos de sangre que no amanecieron mas... Fue como si hubieran matado una parte de todos ellos, esa parte que ya no se lava, ni aun con sangre...


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Tengo la ventana cerrada, la luz apagada y todo esta oscuro, pero escucho la lluvia feroz que golpea mi ventana que corre a través de la luz naranja del poste que golpetea mi luna, otra vez me he parado y me he sentido desubicado, he buscado encontrar algo mas que frío del otro lado, pero la gente que no esta, no ha regresado con esas gotas, y la sangre en el agua forma charcos que huelen a pólvora y cal, a lo lejos en el coso de Acho la gente grita olé!, acá, al ultimo, las balas que sonaron dejaron la impresión de que todos estaban muertos, incluido yo, porque había algo que no volvería a nacer en mi después de todo esto, la sensación de que todo el tiempo había corrido lentamente como si fueran los granos del reloj de arena que cuentas, para terminar de parar en esa nausea que invadía todos los rincones, poco después, alguien toco un segundo, pero se fue, parece que entendió que todo estaba vacío... así escapaste... Pero los gritos y la sensación de oscuridad no la borrara nadie, así como esa parte que murió hace un momento, todo eso , es imposible de olvidar...


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Sonó el teléfono y sintió un acceso de tos, una disnea y un mareo, solo habían encontrado unas llaves que abrían todas las puertas de un pasado no tan lejano, se sentó para resistir bien la impresión y pregunto donde estaba enterrado el cadáver, nadie dijo nada, y ese silencio le dejo la sensación de que todo estaba comenzando de nuevo, de que aun a pesar de lo que dijeran los filósofos, se puede morir mas de una vez... -¡Quiero esas llaves!- protesto y se le prometió que se las darían. Cerro con llave y cogió las pastillas, se puso veinte en la mano, y cerro los ojos para metérselas en la boca, luego pensó "Si me mato no habrá quien lo entierre..." Subió a abrir la puerta a los recuerdos y luego lo vio: Entro como siempre, como un suspiro que te congela la nuca, y se dirigió lentamente a la mesa, se sentó, se agacho y saco los ojos para decirle: "Mama... Todo esta bien" Ella cerro y abrió los ojos otra vez, luego no quedaban en la mesa mas que dos lágrimas, comprendió y se ahorro el trabajo de volver a cerrar con llave, tendió los trapos al sol, y continuo pensando en encontrar aunque sea el cadáver...