Estoy colgado dentro el ropero, soy una pieza necesaria para algo y nada más.
No veo luz, sé de ella por los huequitos que hay en las puertas, ella se cuela por aquellos; las partículas de polvo dibujan lineas que comienzan estrechas y acaban anchas al final del ropero, son conos de luz plasmadas por la arquitectura del polvo.
Si alguna ves alguien abre el ropero, el exterior no me es posible, pues el estar tanto tiempo a oscuras ha hecho de mis pupilas heridas frescas que sangran cuando les raspa la luz.
Pululan polillas a mi alrededor. De tiempo en tiempo trituran mi hebras, degluten mis tejidos, también se abrigan en mi solapa. fuí el nido de amor de algunas; presencié, por mucho tiempo, el sublime comienzo de una vida.
He olvidado tantas cosas he presenciado tan pocas, he escuchado risas... no soy parte de ninguna
Estoy colgado al lado de todos y de nadie y es que en la oscuridad dá lo mismo. No es como estar ciego, pero se siente igual.