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Desperté aquella mañana y te encontré muerta a mi lado, no quería creerlo, no podía aceptarlo, de solo pensar que jamás te volvería a ver, a escuchar tu risa, tu voz, de solo pensar que jamás volvería a sentirte a mi lado, era demasiado para mi, me pare enseguida, tome tus signos vitales, no había nada, trate de resucitarte, le rogué a Dios, llore como un niño chiquito mientras abrazaba tu cuerpo inerte, frió, acaricie tus mejillas, y vi aquel vació terrible en tu mirada, y me dije a mi mismo que no podría vivir sin ti, no podría resistir el hastió de una vida en soledad, te acomode en la cama, te cobije bien, te di un beso en los labios y Salí de la habitación, llame al consultorio del teléfono del pasillo, me disculpe diciendo que tenía un fuerte dolor y que por favor cancelara mis citas del día, mi recepcionista debió oírme muy mal, porque hasta me dijo que si necesitaba algo, yo o mi esposa, no dudáramos en llamarla, le agradecí, en nombre mío y de Ana, colgué el teléfono, regrese a la habitación y me quede ahí, parado, mirándote en silencio, con el corazón destrozado, tratando de descubrir la causa de la muerte, ¿paro cardiaco, derrame cerebral?…Pensé en 20 causas diferentes, y sentí como si estuviera muriendo 20 muertes diferentes en carne propia, pensé en todas aquellas cosas que tendría que hacer, llamar a tus padres, arreglar el funeral, acostumbrarme a la idea de despedirme de ti, y eso me nublo la mente, ¿Despedirme de ti? ¡Eso jamás!... Me acerque a la cama, todavía indeciso, quizás un milagro, tome tu muñeca entre mis manos…No había pulso…No sentí que lloraba pero las lagrimas mojaron tu cara, te abrase, te bese, te llore de nuevo y mientras te sostenía un deseo crecía en mi interior, llenarme de ti por ultima vez, sentir tu cuerpo puro, junto al mío, aunque fuese por última vez, te acomode en la cama, y te quite la ropa, te bese como siempre lo había hecho y te hice mi mujer una vez más, y entonces lo entendí, no tenía porque haber un adiós, no teníamos porque separarnos, estaríamos juntos toda la vida como siempre habíamos deseado, te miraba desnuda, mientras acariciaba tu cabello, “Serás mi bella durmiente” te dije, me levante de la cama, me vestí y Salí de la casa, había tanto por hacer, compre todo lo indispensable y regrese como a eso de las 3 de la tarde, comí las sobras que habías dejado del día anterior, y después de fregar la loza subí al cuarto, te salude como siempre lo hacía al regresar del consultorio “Hola preciosa, ya regrese” te fui explicando poco a poco lo que iba a pasar, te dije que si, que seria bastante desagradable, “A mi me va a doler más que a ti, pero es el precio que tenemos que pagar”, Te vestí con una falda larga azul y una blusa blanca, te puse las sandalias aquellas, las que siempre te gustaron tanto, y después te cepille el cabello, te tome entre mis brazos y te lleve al primer piso, donde estaba mi consultorio particular, entonces comencé la operación, para darme más valor, puse uno de los videos caseros que hicimos, el de aquel paseo a Sonora, y funciono, el escuchar tu risa, tu voz, me infundió todo el valor que necesitaba, mi operación fue un éxito, ahora podríamos estar juntos para toda la vida, te deje esa noche en el consultorio, con la promesa de que al día siguiente vendría a verte, todo es mejor así, ya no tengo que preocuparme por el olor, y aunque tu color cambio un poco, para mi sigues siendo hermosa, extraño hablar contigo, pero esto es lo mejor, te prefiero a mi lado, en mi cama, que enterrada, pudriéndote entre gusanos y alimañas, te abrazo fuerte por las noches, te acaricio y te hago el amor como siempre…
No es tan malo, nos amamos desde el primer día, mi vida no podía seguir si tu me faltaras, pero la gente empezó a preguntarse por ti, y la verdad creo que la historia de las vacaciones con tu tía de Guerrero empezo a perder credibilidad conforme pasaron los meses, tus padres llamaban constantemente, un día incluso amenazaron con venir, por supuesto no les creí, hasta que aparecieron en mi puerta, les dije que no estabas, que habías salido de viaje con una amiga, y ellos insistieron “¿Con cual amiga?” yo les invente que con Karina, pero ellos la llamaron, supieron que hacia meses que nadie te veía, que yo te negaba y creían que algo te había pasado, me llamaron y me gritaron, “Te exijo que nos digas donde esta ella, ¿Qué esta pasando Daniel, tu no eres así, le paso algo a la niña?” Se me hizo un nudo en la garganta, ¿como decirles lo que paso?, te arrancarían de mi lado…


-La verdad no se que decirles, lo siento tanto.

Les dije yo antes de colgarles el teléfono, creí que tendría más tiempo, que podríamos escapar juntos, pero esa madrugada, mientras te abrazaba y soñaba con un campo santo, donde lloraba tu partida de rodillas, entraron a la casa, era la policía, tus padres mandaron por ellos, y aunque luche, grite y los maldije te arrancaron de mis brazos, me encerraron en una de esas cárceles asquerosas acusado de asesinato, pero después de la autopsia descubrieron que habías sufrido un derrame, me dejaron en libertad, y entonces me entere, tus padres te enterrarían, trate de ir al velorio, pero un par de guardias me sacaron arrastrando, mientras tus padres me veían como si fuera un monstruo, un loco…Pero no me importo, yo solo quiero estar junto a ti, eres mi esposa, nos amamos en vida, ¿Por qué es tan terrible amar, como te amo yo a ti?

No regrese al velorio, vi de lejos el entierro, y me quede helado, con nauseas, mientras veía como iban bajando tu ataúd, como iban echándote la tierra encima, escuche el rosario que rezaron en tu honor, vi a tus padres, llorando desconsolados, a tus amigas, y a todos aquéllos que llegaste a estimar en vida, destrozados porque ya no estabas, preguntándose, ¿Cómo no lo sospecharon? Los vi apartarse, reuniéndose en bolitas, contándose todos los detalles mórbidos mientras tus padres aún lloraban frente a tu tumba, los vi partir uno tras otro, vi como la luz del sol poco a poco se iba apagando, espere en mi escondite hasta que cerraron el panteón, y Salí casi a las 11, con una pala en una mano y una linterna en la otra, y aquí me tienes amor, no desesperes, esta noche dormirás entre mis brazos otra vez.

Texto agregado el 02-10-2007, y leído por 688 visitantes. (0 votos)


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