Muchas veces, tratando de no llamar la atención y de robar tiempo el uno del otro te comportas de manera extraña mientras yo trato de huir, me solías engañar, ahora no me dices nada… no creo que rinda dictar números sin resultados ahora que solo aparecen ser miradas y palabras frías, reciprocas, así como la falta de fé cosa que nunca creí posible. Yo te consideré mi ángel de luz ahora no doy fe de tus actos… ¡insolente! Ahora tu mejor opción es no dirigirme la palabra aunque tengo que admitir que quise, no derramé lágrima alguna y solo yo sería el interesado en tal acción ya que lo esperaría de todo el mundo menos de ti. Contando segundos mientras alejo malos pensamientos porque la música como aliada alienta, pero no llena todos los espacios; admito que ahora aprecio más los nocivos pero opino que he sido marcado… además ahora pareces elevada por alguien más, otro ítem a la lista de los “por qué ¡no!” Te debí haber tomado a la primera oportunidad, ahora esto es un juego perturbarte el cual dos petulantes intentan jugar.