El Temor de Victoria

Las cortinas hacían ruido sobre la cama el viento asomaba sus más frías bufas, Victoria de un sobre salto despertó.
El miedo otra vez, entro como ruin sobre su mente, volteo su cabeza y vio a Mariano su conejo de género quien hace mucho tiempo lo conservaba.
“Para sobrevivir a este mundo hay que amar”-Ya no era una vez sino con esta dos veces esas palabras estaban en el pensamiento de Victoria.
Como podría amar tal criatura que desde el momento de abrir sus ojos vio solo la frialdad de un modelo egoísta con quien compartió hasta la muerte de este.
Amar ¿Qué era amar? ¿Otra mentira más o la obsesión de tratar de superar al resto?
Victoria tomo a Mariano, lo trajo hacia su pecho lo miro y le dijo:
-¿A quien podría amar?; acomodo sus manos debajo de la almohada buscando el calor de esa fría cama.
Empezó a buscar en su mente al indicado.
-Primero que nada algún rostro que me haga sonrojar y provocar timidez de inmediato-Pensó
Sin ningún más esfuerzo recordó a un hombre de mediana estatura aunque su aspecto lo hacia ver flácido pero verlo de cerca era de temer, su sonrisa era torcida, su dentadura le hacia refuerzo a su boca semí trompuda y sus cabellera ploma le hacia modificaciones con su vestidura.
¡Si, ese si me hace sentir eso!-repitió Victoria varias veces con mucha seguridad.
A su vez miro de reojo a Mariano quien pensó que le decía: Victoria aquel es un hombre ocupado no creo que le importe sobrevivir al mundo de tal forma que dejara todo para quererte a ti…Vez mi niña ¿quieres algo que dure por siempre?
Victoria llena de rabia contesto: No quiero algo para siempre pero tu sabes que no hay nada en mi, no siento nada será que en este momento nadie me esta amando; que absurdo pensar que alguien atrevería…
¿Por qué, por que? Amar para siempre si cambiamos de pensar en menos de segundos y más encima las lágrimas deberían compartirse no solamente que uno las beba; entiendes Mariano el mismo amor es el que nos trae tristeza y cuando hay tristeza es porque ha habido amor.
El conejo de genero fue a caer debajo de la cama Victoria lo lanzo, sin darle más explicación.
Victoria recogió su cabello enroscado, busco la colcha y se hundió cerrando sus ojos rígidamente para no volver a pensar por lo que hay que vivir.
Ya amaneciendo soltó las ultimas lagrimas ya nunca más quería ver el sol.
Sabía que algún día amaría.


***El temor se aferra a las ganas de
amar, si lo hubieras sabido
antes huiría…
Pero tú eres mi prevención
a no volver a intentarlo.