Es onírico todo lo que percibo y podré llega a percibir por vos.
Es inesperado la necesidad inestable de tenerte a mi lado.
Son escasas las excusas que busco para no quererte.
Es ansia tu ausencia a mi lado.

Mi esencia es orgullo.
Mi paciencia no es mas que locura.
Mi vacío sos vos.
Sos mi martirio envenenador.

Tus suspiros se pandean estremeciéndome.
Son dulcemente estertosos.
Tus abrazos ya no son mas que reflejos necesarios.
Son como orgasmo que no dejan de explotar.
Todo lo que puedo llegar a tocar es terciopelo en mis manos.
Como miel en un cáliz único e irrepetible.
Pero es efímero.

Es efímero porque lo debo así.
Y no porque lo quiera.
Llegare a no amarte tanto en algún momento.
Independiente de lo que vos llegues a sentir.
Llegare a no amarte tanto en algún momento.
Mitiendome para poder seguir.

Me cubro para que no me rompas.
Es un alcázar de diamantes.
Me convenzo de lastimarte mas de lo que vos lo vas a hacer conmigo
No prometo no dejar de pensarte.
Te imagino siempre yéndote, dejándome.
Para esperar lo inesperado
Hacia un horizonte errado, solo yacerás.
Y aun así creo que estaré a tu lado.

Pienso en no claudicar en mis ideales.
Que ni siquiera serás una vulgar necesidad.
En que algún momento el ansia ya no me consuma.
En no sentir esto jamas.

En no dejar que me veas morir.
Por mi orgullo, no por tu tristeza.
Tristeza suponida por mi yo egoísta.
En realidad siento que en algún momento te iras con ella.

Lo fidedigno es que te necesito.
Necesito escuchar decirte que me amas.
Me odio por hacerte creer que no soy mas que palidez en mis actos.
Por no accionar palabras que te embelesan y te convenzan de mi sinceridad.

Es perfecto si es reciproco.
Es perfecto si es como vos queres que yo sea y viceversa.
Es perfecta si la verdad no doliera.
Y es más perfecto si lo utópico fuera eterno.
Eterno fue el momento en que te tuve en mis brazos
Y ahí de verdad el mundo ceso de andar.