...Apareces
en las madrugadas
de mis mas velados
sueños susurrandome...

Durante la semana
vivo inmersa en la dicha
creada por la efímera
ilusión, alimentada
por la infatigable Esperanza,
domeñosa señora, guardiana
de anhelos y deseos.

No eres tu sino ella
quien en sueños
agarra mi mano.

No eres tu sino ella
quien susurra
a mi alma en pena.

No es a ella sino a ti
a quien desearía ser capaz
d hacerle llegar, descodificado,
el mensaje d un antiguo engranaje
que ha dejado de actuar
como una maquina d hojalata.

...Pero siento que es tarde,
que nada podrá
viniendo de mi
tocarte el alma...
Cuanto diga o haga
de nada servirá
pues nada podrá
justificar mi pasado.

Y sin embargo,
aqui sigo argumentando,
reproduciendo en papel
la parte del tapiz
de mi corazon
que habla d ti.