DIME
cuando el juego no lo sea,
sepa a rutina,
y las sonrisas
esbozos de complacencia.
Cuando mi canto
busque el tono,
dulce y calmo
y tu voz ya no lo guíe,
como un eco,
espontánea...

Dime,
cuando mis besos
sean en tu boca,
mas no colmen,
como solo uno,
aire y pulso retenido.
Cuando mis manos te recorran,
y tu piel sea caricia,
mas no ardorosa, siempre presta,
y la aborde
la razón que enfría...

Dime,
cuando al invierno sea calor,
tu refugio y me abraces,
mas sin silencios,
los que tu sabes,
acurrucada, entregada,
toda mía...
Y se consuma el fuego,
sin que a su amor,
nos busque el día...

Dime,
cuando las palabras
de mi corazón entre mis líneas,
no paralicen tu alma,
abran tu mente a la fantasía,
al sueño, al amor intenso...
Cuando una mirada
de melancolía,
no despierte tu ternura,
de abrazo consuelo
y tu boca fresca
junto a la mía...

Dime,
si estás tranquila
aunque este lejos,
y al llegar preguntas,
ya no mas lágrimas,
como aquellas que solías,
otras llegadas, otras partidas...
Dime
cuando al morir la noche,
pues es ya tiempo
que me vaya,
por el sendero aquel
que a ti me trajo,
pero que siempre,
a sus sombras me sustrajo.

Dime,
pues debo ir,
al rincón mío,
al que pertenezco
como a ti pertenecía.
Y asi volver
como los vientos,
al solitario paisaje
de mis secretos.