Alguien te roba una idea y la utiliza.
Y eso a ti te molesta.
Más que eso. La ira invade tu cuerpo y quieres sacudir, golpear al ladrón hasta que escupa tu idea, con sangre.
Te roba una idea y la utiliza.
Que se ha creído…
El jueves pasado te robaron la billetera, y no te molesta.
Seguramente también la utilizaron, y tú, lo único que hiciste fue llorar y desear que hagan un buen uso de tu dinero.
Te preguntas que está pensando la chica del frente.
La de la mesa del frente.
Está sentada sola, toma un café y fuma.
Y supones que piensa.
Igual que tú.
Tal vez se parecen, tal vez a ella también le robaron una idea.
Igual que a ti.
Y se descarga, con nicotina y cafeína.
Igual que tú.
Tiene el cabello teñido, de rubio.
Y eso a ti te molesta.
Aunque te has teñido el pelo alguna vez.
Y tiene mucho maquillaje.
Y tú alguna vez te maquillas.
Pero te molesta.
Y supones que te gusta disfrazarte a veces, y adquirir una nueva actitud.
Contesta su celular y descubres que habla en otro idioma.
Uno que no conoces.
Y también eso te molesta.
Te hubiese encantado entender lo que dice. Escucharla decir por teléfono, y a alguien de otro país, que le han robado una idea y la han utilizado, y que va a ir a sacudir, golpear al ladrón hasta que escupa su idea, con sangre.
Lo que más te molesta, es que siempre que abres tu boca, roban tus ideas.
Y tus amigos se convierten en ladrones y nunca más vuelves a hablarles.
Y esa es la razón principal por la cual, la mayoría de las veces, eres una persona sola y callada.
¿Por qué tienes solamente ideas?
¿Por qué no las utilizas?
Tienes ideas para que los demás las utilicen.
Y no puedes evitarlo.
Y descubres que toda tu vida vas a ser una persona sola y callada, pero te encantaría que tu ropa siempre esté manchada de ideas y sangre.
Aunque al frente, todas las veces, haya alguien en las mismas condiciones.
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