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Que complicada es la vida.
Cada día estamos compitiendo mas por diferentes cosas sin importancia, tienes menos tiempo para ver a tus amigos, tu familia, y para hacer las cosas q realmente quieres, ahora los tiempos para estar solos sin hacer nada son considerados algo inútil, ya a nadie le interesa q estés en buenas condiciones de animo, ahora, lo mas importante es tu capacidad de producir y cuanto menos tiempo necesites para ti mismo y para tus necesidades personales mejor, estarás mejor posicionado y tendrás un mejor “estatus”, pero ¿Qué es eso?: para mi es solo la negación del ser y de la sociedad q te rodea.

Así empezaba el primer párrafo escrito por Anastasia para su columna: “como ser bella sin ver estrellas”, la cual le había reportado un éxito y un estatus jamás siquiera soñado para una escritora de su categoría, sin estudios superiores y proveniente de una localidad rural.
Anastasia había empezado a trabajar en el diario cerca de un año atrás, luego de que una editora descubriera una carta al director escrita por ella para un diario local. Este descubrimiento seguramente debió ser obra divina o por lo menos así lo creía ella; la editora no era nada menos que la afamada y casi millonaria escritora Marlett Bonardy famosa en aquella época por sus agudas criticas a los escritores y por su inagotable capacidad para destruir y bajar del altar a cualquier personaje publico que se le atravesara por el camino. Querida por unos pocos y temida por muchos era la perfecta persona para catapultar al estrellato a una escritora joven que de otro modo y de peor suerte hubiera terminado en la cocina de algún troglodita de la época. De esos que abundan en los campos de chile.
El diario en cuestión habría caído en las manos de Marlett por extrañas circunstancias, Lugo de perder el tren que la llevaría, de aquel pueblecillo infecto donde tenía que realizar una entrevista, a su hogar, habría encontrado el diario a su lado en la banca donde decidió sentarse, lo tomo por el simple hecho de que no tenia ningún material de lectura a la mano ya que el único libro que había traído para ese que debía ser un pequeño viaje se hallaba en el fondo de su abultado equipaje, y llegar a él hubiera significado un esfuerzo demasiado grande, para tratarse de un simple libro escrito por uno de esos escritores jóvenes que habría obtenido quizás su única instrucción de un manual de televisión.
Luego de evaluar todas estas cuestiones Margarret odiándose por la falta de previsión que tanto le molestaba en otros y en la que había acabo de caer comenzó a leer ese despreciable diario de pueblucho como le hubiera dicho ella si es q estuviera escribiendo esto. Paso por la portada sin mayor detención ya que como había comprobado anteriormente, los editores de este tipo de diarios ni siquiera sabían reconocer una noticia de portada de una de última página, y lo más probable es que lo único digno de ser noticia estaría escondido en algún rincón del diario. En contra de todas sus costumbre y por considerarlo un acto que demostraba suma ignorancia se detuvo en las cartas al director para ver si ahí encontraba alguna opinión que le levantara un poco el ánimo por lo ridícula que debía ser. Para su sorpresa encontró una que era legible, y es mas estaba bastante bien redactada, incluso le pareció que podría haber sido escrita por el mismo director del diario para que la pagina no estuviera vacía lo único que la hizo dudar de esta idea fue el contenido de esta por decirlo menos carta de alegato contra el criterio bastante escueto y mediocre del diario para elegir las noticias.
La carta decía más o menos así:

Sr. Director:
Me parece que en el ultimo tiempo han bajado considerablemente la calidad del diario y no solo me refiero al aspecto físico ya q como muchos años atrás el papel era de mejor calidad que el actual, y la tinta no se quedaba adherida a los dedos como ahora pasa al leer su diario, si no me refiero a un aspecto mas de tipo programático y de contenidos, he leído este diario durante los últimos 20 años, por el simple hecho de que era del pueblo y quería dar mi granito de arena para incentivar el producto interno, pero la verdad el actual estado del diario me parece una burla, los artículos se encuentran mal redactados, con repetidas faltas de ortografía y sin contenido que trascienda mas ella, que el de una simple conversación entre dos curiosas vecinas autonombradas las encargada de mantener la moral y las buenas costumbre.
Se que lo mas probable es mi opinión no sea tomada en cuenta y de verdad tengo mis dudas que si acaso será leída, pero cumplo con el deber de todo ciudadano que se considere pequeñamente inteligente, de dar a conocer mis quejas con respecto a un patrimonio que le concierne a todo el pueblo.
Humildemente y solo buscando el mejoramiento cultural del pueblo.
Se despide
Anastasia

Luego de leer este artículo Margarrett se dirigió de considerable buen humor hacia la boletería para preguntar a que hora pasaría el próximo tren.


Lo más probable es que luego de salir el artículo de anastasia en la edición matutina del diario su carrera se viera opacada e incluso sepultada para siempre. Pero estas posibilidades la tenían sin importancia. Para Anastasia quizás por su formación en una escuela rural protestante el bien común era mucho más importante que el bien personal y si era necesario sacrificarse y pasar penurias por el bien de todos era un esfuerzo más que obligado.
Anastasia consideraba que su ultimo año en el diario había sido bastante agradable pero le desagradaba el hecho de que mas de la mitad de las personas que le hablaban, lo hacia solo debido a que era la protegida de una de las editoras mas temidas de aquella época. Y por causa de esto no había podido encontrar una sola amiga que no la traicionara.

Cerca de un mes atrás Anastasia luego de salir de la oficina bastante tarde como era usual decidió pasar a un bar de esos medios Under-grown con Fernanda su “amiga” o por lo menos así la consideraba ella en ese tiempo. Luego del trago de cortesía que siempre le regalaban en los bares más a la moda, se dirigió a una mesa al fondo del local para observar desde allí los avances de Fernanda con su acompañante de turno.
Estuvo sentada cerca de una hora allí vio a una pareja bastante acalorada haciendo de las zullas debajo de la mesa de pool rota del fondo, a un mujer que luego de que se fuera su novio (eso suponía ella) llamo a su amante para que la fuera a buscar, a una pareja de chicos bastante guapos besándose sin importarle lo que dijeran los demás, en fin vio a casi toda la fauna imaginable y por imaginar de Stgo.
Ya bastante pasada su normal hora de acostar y cerca de las 4 de la madrugada decidió retirarse a su pequeña guarida; como le gustaba llamar a su nada incomodo departamento de tres dormitorios donde habitaba sola, se despidió de Fernanda y partió rumbo a su departamento que estaba a 8 cuadras del bar.
De pronto, tuvo esa sensación difícil de explicar de que alguien la estaba siguiendo, apuro el paso pero sintió que la persona que la seguía también lo hacia, de pronto y con una valentía inusitada para una muchacha de su categoría se dio vuelta y decidió encarar a su perseguidor, a primera vista el tipo parecía ser una de esas personas que pasan inadvertida entre tantas que habitan esta ciudad, pero un segundo vistazo le hizo darse cuenta de que era el hombre que había estado sentado en la mesa de al lado de la suya en el bar del que había acabado de salir; si su memoria no la traicionaba el estaba con una chica bastante guapa que usaba un atuendo, por decirlo menos curioso, para le época, era una calurosa noche de verano y sin embargo la muchacha estaba usando un abrigo de piel (falsa por supuesto), un gorro de lana chilota y dos gruesas polainas de algo parecido a la goma con la que hacen los trajes para bucear, por alguna razón de sus pantalones no se acordaba.
El hombre resulto ser bastante mas guapo de lo que recordaba o había alcanzado a apreciar, alto de espalda algo pequeña para su tamaño, de ojos que delataban que las preocupaciones a lo largo de su vida no habían sido pocas, pero sin embargo, aun conservaban ese no se que, que tienen la mayoría de los adolescentes, como entre desafiante y temeroso a la vez. Su nariz era pequeña y respingada y sin duda habría llamado su atención de no ser por aquella barba que cubría casi todo su rostro y le daba un aire algo siniestro.
Todas estas consideraciones tomaron cerca de un segundo, (por que el pensamiento humano es asombrosamente rápido y sagaz), luego Anastasía con voz firme le dijo:
- Si deja de seguirme temo que me veré en la obligación de pedir auxilio y por lo que veo esta calle esta llena de gente que no dudaría ni un segundo en socorrerme-
- Lo siento señorita pero creo que en la situación que se encuentra no tendrá la osadía de pedir ayuda-
- ¿Y por que sería eso? Sí me puede decir (a esta altura de la conversación toda la determinación y valentía de hace unos segundos atrás se había desinflado igual que un globo-
- Bueno si me deja explicarle mi querida Anastasía, como supongo que se llama por su carnet de identidad, mi intención no es la de dañarla si no la de devolverle su bolso que dejo olvidado en el bar, pero si así lo prefiere y para no tener que acercarse mas a mi, puedo dejárselo en el bar y usted lo va a buscar-
- Perdóneme. ejem ¿cual es su nombre?
- Cristóbal-
- Perdone Cristóbal mi reacción, pero cada día, luego de ver las noticias, me da mas susto salir a la calle sola, sobre todo a esta hora de la noche, con la de malos que andan dando vuelta por ahí, le agradecería mucho que me entregara la cartera y me disculpara por malinterpretar sus buenas intenciones-
- Tome ahí tiene- le dijo Cristóbal mientras le entregaba lentamente el bolso a Anastasia
- Muchas gracias no se como pagarle el gesto y no haber echado a corre luego de mi reacción.
- Bueno creo que se me ocurre un modo- (dijo coquetamente Cristóbal), si aceptara ira tomar un café con migo a aquella bencinera, es que no quiero estar solo, por lo menos por los siguientes 10 minutos-
A Anastasia le pareció un buen modo de hacerse disculpar por aquel extraño, además algo en el le inquietaba y quería saber bien que era.
- Esta bien, pero con la única condición de que me deje a mi pagar, no faltaba mas-
- Veo en ti una persona decidida, si me permites tutearte, y creo por lo que te conozco que si no acepto tus condiciones no aceptaras acompañarme, si no por nada te conozco hace 2 minutos-… jejeje
Se dirigieron a la citada Copec, y ambos tomaron dos Express; los que pago Anastasia, para suerte de Cristóbal, porque si el hubiera tenido que pagar los cafés no habría tenido como regresar a su casa, (aunque si todo iba como quería, no tendría que hacerlo hasta bien entrada la tarde del día que recién comenzaba)…
Continuara.

Texto agregado el 29-09-2007, y leído por 111 visitantes. (1 voto)


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