Odio
en la mirada,
en la piel,
en la mano que empuña la piedra,
en la que carga el fusil,
en el alma,
alma cargada de dolor, de miseria y desconfianza.
Odio
irracional,
perverso,
extemporáneo,
irresponsable,
criminal,
odio fabricado por años de desencuentro.
Odio
calendarizado,
porque si,
porque hay que odiar,
lo dice la prensa,
lo dice la abuela,
lo dice la historia tendenciosa de los manipuladores.
Odio
supino,
ciego,
intolerante,
cocinado a fuego lento,
cromosómico,
peregrino,
después del desenfreno, todos volvemos a ser palomas de la paz…
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