Perla azabache,
brillante y pulida.
De tu interior procede
tu belleza.
De todos esos mares
y corrientes
que tu ser
ha erosionado.
De la dureza de la vida,
que te da lo mejor y lo peor,
a la vez, o en bocaditos,
en una noche,
en muchos días,
en una Luna.
En unos astros
con nombre,
que reclaman atención,
amor, cariño, toda tú...
Y cómo negarse,
si devuelven ciento por uno.
Y cómo negarte,
si mereces,
si has ganado, con trabajo y orgullo,
respeto y admiración,
también la envidia de quienes todo lo tienen sin esfuerzo,
"brillantes" de lentejuelas compradas,
mal adquiridas.
Bella, porque eres perla,
oculta en ti misma por modestia,
por no dar importancia al agobio
que hace madurar,
al aplomo que endurece.
Y capa a capa,
pulida por la intemperie, por las olas,
por las sales,
alcanza el Oriente perfecto,
el apreciado,
el valioso.
Aunque no tengas conciencia
de que cada Luna,
cada embate del tiempo
cada golpe de mar
cada embestida
te hace más bella y más amable.
Lo demuestras, siendo como eres..
Ma belle.
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