“…Superman atrapa en el aire al suicida que cae en picada, evita el accidente de un ómnibus escolar, ayuda a rescatar a esa familia amenazada por el fuego.
Superman vuela de un lado a otro, cumpliendo su ajetreada y altruista rutina ante los ojos indiferentes de sus conciudadanos, ya acostumbrados a tanto hacer el bien sin mirar a quien. Pero cuando secretamente se quita su uniforme para calzarse el impecable traje gris y las gruesas gafas de Clark Kent, se transforma en ese periodista brillante y admirado, heredero de Hemingway y Capote, cuyas crónicas en El Planeta son leídas con avidez, cada mañana, por los encandilados habitantes de Metrópolis.”
El actor se entusiasma al leer la síntesis del guión y comienza a pensar en la película.
—¿Me ves con capa roja y volando a cien metros del piso, así flaquito y enclenque como soy? —le pregunta riendo a su esposa, mientras se imagina la escena.
Por fin se decide, toma el teléfono y llama a su productor para decirle que él, Woody Allen, encontró el mejor papel de su carrera.