Cuànto tiempo hacìa que no nos perdìamos en eternas conversaciones realizadas por nuestras miradas?
Hoy te encontrè de nuevo. Hoy me enterè de cuànto sufriste, de todo tu dolor. Me di cuenta de tu esfuerzo, de tu valor, de tus ganas de ser feliz. Descubri tus intensos deseos, tu naturaleza tu energia y tu inquietud. Hoy aprovechè para observarte y recordarte en esas hermosas tardes, noches y horas que pasamos despreocupados uno del otro, sin verguenza de nada, esperando una respuesta o tal vez una soluciòn para todo aquello que nos inundaba. Me tomè mi tiempo (lo reconozco) para callar, pero tambièn para hablar muchas veces de màs (perdòn), para disfrutar...y para pensar. Y llegò el momento, te estoy escribiendo, te estoy extrañando, simplemente te sigo pensando. Todavìa hay palabras que no entiendo, frases que me dan miedo, abrazos que me parecen ya manifiestos. Y no sè por què vacilo tanto en estos sentimientos, o por què me cuesta ver lo que quiero a lo cual profundamente me niego. Pero para despejar mi mente de todo ello te pido: ayuda...quiero crecer...paciencia...necesito ver...fuerza...quiero vencer...y tu compañia por si sola estè. Gracias por siempre esperarme, por aconsejarme, por callarte y hablarme en momentos tan importantes, gracias por disimularte, por mirarme, por saber aùn mas allà de lo que yo pensaba que sabìa, por preocuparte y por, inclusive, hacer cosas que no se si tendran alguna recompenza.
Tampoco se si leeràs esta carta o si alguna vez llegaran a tu corazòn mis palabras, si te enteraras de lo que siento en verdad, a no ser que ya te hayas dado cuenta, porque te voy a confesar: me sorprendiste siempre, muy callado algunas veces, tan pensativo otras y con una respuesta en tu boca y mente, crei que lo sabias todo y que nada te podia ocultar, pero hoy me di cuenta de que una cosa jamàs pudiste descubrir: mi amor por vos y mis ganas de tenerte junto a mi.
Te voy a querer siempre.