Las aulas están vacías y ella con los pies desnudos va posando pétalos en los bancos otoñales.
Las aulas lloran el agua gotea y no está la tierra tiembla de fiebre.
Los sueños que arrastraron al ciego a esta aula oscura son mujeres negras bailando entre las formas mezquinas que le legó Valentina, la Esfinge crónica que lo devora.
Texto agregado el 28-09-2007, y leído por 152
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