Se despertó y comprobó que solo soñaba; la hubiera gustado seguir dormida para que aquella placentera sensación durara un poco más.
Llevaba casi un mes esperando verle y tener el valor para formularle aquella pregunta y la respuesta en el sueño era la que deseaba y además dicha de la manera perfecta.

“¿Qué esconderán los sueños?” Se preguntó; quizá solo son las ideas que ocupan el subconsciente y por la noche salen a pasear por la cabeza, cuando el silencio, la tranquilidad, el descanso, se apoderan de ti, entonces un mundo paralelo que solo vive en ti, se despierta.

Todo había sido tan real; era su voz, eran sus palabras, sus gestos...pudo incluso sentir su tacto.

Por un instante deseo vivir eternamente dormida.

Seguía allí, tirada en medio del parque, el libro a su derecha, como lo dejó justo antes de caer dormida...
Él no estaba, no había asegurado que fuera a ir.

Ya era tarde y empezaba a hacer frío así que se incorporó y vio una nota detrás de su cabeza.

Siento haber llegado tarde y siento haberte escuchado sin despertarte; no sé con quien hablabas ni qué te contestaba (hubiera querido saberlo); por instante pensé que podría ser yo y la respuesta fue inmediata (te quiero) pero en fin, mañana nos vemos.

Entonces miró a su alrededor y sintió que la luna la miraba y la guiñaba un ojo y se planteó si seguiría soñando...