Inicio / Cuenteros Locales / Demyang / a. de J.
Sin un presagio que anide en tu cintura he sabido que estas impregnada en la última gota de la lluvia que cae de mi frente.
Ese vestido que te has puesto (y no para mí) ha despertado un deseo que almacenaré hasta que llegue el momento.
Tu cuerpo da vueltas sobre la pista que has deshecho, tu vida entera hoy va a tener una marca... y es que, si un galileo pudo separar los tiempos en antes y después de su nacimiento, yo puedo hacer que, por lo menos tu existencia, de aquí en adelante sea sólo antes y después de mí.
Hoy haré de este tango el leitmotiv de nuestros encuentros, espero que tus piernas se entrelacen no sólo sobre este piso y ante esta gente, sino también ante el piso de mi alcoba y sólo ante mis ojos.
Desgarraré ese vestido que no te pusiste para mí como si la única razón para haberlo hecho pudiera ser el haberlo deshecho.
Te mentiré y te diré que jamás había hecho algo así con alguién así, diré que esta vez ha sido la la mejor, haré que te sientas mi diosa por unos momentos y después, cuando el sol anide entre tus persianas, cuando tu cara desmoroné el rubor y tus piernas se encuentren cerradas, me iré bailando hacia tus sueños, porque hoy te has renovado y te has incrustado un sólo pensamiento... yo muriendo dentro de tí. |
Texto agregado el 27-09-2007, y leído por 110
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Lectores Opinan |
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10-10-2007 |
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muy bueno, mantiene el hilo, me encanto. Abrazos eternos. Andrea reNe-parra |
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