Caigo tan profundo que pierdo la visión, todo se oscurece y huele a tierra húmeda y podrida, pierdo la visión y el silencio me aterra, espero unos minutos y no hay señales de cambio en la situación. La sangre coagulada, hedionda, putrefacta, al igual que mi cuerpo encerrado en este cajón, abro mis ojos, cierro mis ojos, todo es lo mismo.
Los días son segundos, los años, décadas, lentamente me desintegro y me transformo, lentamente dejo de ser y comienzo a ser, queda poco de mí aquí, pero mucho de mí esta en un nuevo amanecer, fui una cosa antes, ahora soy cientos de ellas, estoy aquí y estoy allá, soy del este, conozco el frío del sur este. Este ser nuevo, diseminado. No tengo conciencia de tiempo ni espacio, ya no soy yo, sino soy miles, nuevamente en un oscuro cajón podrido mal oliente, engullido por un ratón, cosechado por el joven labrador, soy él, soy ella, estoy arriba y abajo a la vez, soy conciencia y me convierto en piedra, omnipresente, omniconsciente, cada paso que doy se convierte en parte de ti y de el, no soy un dios.
Cada paso que doy me elevo por los cielos, un respiro en el norte, y miles de muertes en el sur, no entiendo el hedor, la putrefacción, no soy yo es el resto, es mi interior me pierdo, me escapo, desaparezco ya no me renuevo, no me desintegro y reaparezco.
Me pierdo, no lo entiendo, caigo tan profundo, no termino de caer, lo ciento eterno, aun no toco fondo aun no comienzo a renacer, solo caigo y me escapo, caigo tan profundo que me fundo en el núcleo de la vida, es tanto el calor que hay aquí, que nada vuelve a sentir.
Hay tanta presión, hay tanto dolor, de a poco una parte de mi cae profundo muy profundo, en las manos de la desolación. Hay tanta presión aquí, que pierdo la conciencia, soy parte de la masa, soy parte de la matriz, soy parte de la historia, yo creo la historia, nadie imagina este estado, volví a la matriz, me acurruco en el calor de la vida, esperando ser parido, esperando que mi esencia vuelva a nuestra base y que me vuelva a parir en sangre ardiente.
No hay parto sin dolor, no hay concepción de la nada.