La blanca pared, antes impoluta ahora algo desconchada se pregunta desde hace tiempo:
¿Cuándo será que ese maldito espejo de ahí enfrente dejará de devolverme mi aburrido reflejo cada día más marchito? Pues sabe que aunque lo desee con todas mis fuerzas de “pared aguanta pisos”, no puedo salir corriendo.
El viejo espejo, antes impecable ahora con tanto polvo que casi no puede ejercer de tal se pregunta desde hace tiempo:
¿Cuándo será que esa maldita pared de ahí enfrente dejará de aguantar el peso de este edificio en ruinas? Pues sabe que si deja de hacerlo conseguirá que no le pueda devolver su aburrido reflejo que segundo a segundo le he de devolver aunque mas viejo.
El polvo nuevo pregunta al polvo viejo:
¿Cuánto tiempo llevas aquí? ¿Crees que tendremos que esperar mucho para cambiar de posición?
El polvo viejo le responde:
No sé cuanto tiempo hará falta, lo que si sé es que siendo polvo en casa en ruinas, se aprende a tener paciencia.
CIELO-O-FARO
Texto agregado el 24-09-2007, y leído por 126
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Lectores Opinan
27-09-2007
Lo que se tienen que contar la pared, el polvo y el espejo. Una vida unida que con paciencia tiene su recompensa. 5* Claraluz
24-09-2007
Reflexivo!!!! Habrá que esperar siempre por quién dé el primer paso para entonces actuar????? Aytana
24-09-2007
jejeje pues muy interesante como plantean estos pensamientos flotantes el fenómeno del tiempo y la espera...será cosa que don ventanal diga: "vale, majo! que entre lo que haya que entrar..y deje sus puertas abiertas al viento que revuelva a los polvos, refresque la pared y hasta tambalee al espejo?" luzyalegria
24-09-2007
Saber esperar tiene su recompensa. Quién sabe lo que ocurriría si la pared hablara con el espejo saliendo cada uno de sí mismo...***** anyglo
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