La vida nunca entrega nada gratis. Casi todo viene con su respectivo precio. Y no siempre es dinero. Quizás, las cosas que más trabajo cuesta conseguir, sean las cosas que uno más disfruta. Además, si las cosas fueran más sencillas, sería más aburrido.
Y aún así, cuando sé ésta lección universal, que creo casi todos entendemos, aún así, me pregunto ¿por qué complicas tanto las cosas? ¿Por qué piensas tanto antes de dar un paso en un puente que está cayendo?
Nos cuesta trabajo deja atrás nuestra vida y a nuestros otros «yo» que quedan sólo como recuerdos encajonados, empolvados y a veces odiados o amados. La nostalgia nos invade al verlos. Pero hay que entender, hay que podernos dar cuenta de que han muerto, de que no vuelven, y de que por más que encontremos a un «yo» parecido, jamás será el mismo. Al igual que con las personas que conocemos, quienes cambian de rostro a cada segundo (o quizás cada 5 minutos aproximadamente, que pueden ser días a veces).
No conocemos nunca a nadie realmente, ni a notros mismos. Por que cada momento hay alguien nuevo ahí. Incluso, materialmente, nuestro cuerpo se «renueva» cada siete años. Y millones de células mueren en nosotros. A nivel mental sucede lo mismo, hay quizá una «base» o algo similar, y esta cambia y se transforma.
Pero todo esto ya lo he dicho muchas veces. Y te lo digo una vez más.
Yo miro atrás, y encuentro cosas lindas, pero están lejos. Solo el recuerdo nos hace vivirlas otra vez de manera similar, pero cada vez hay distinta agua corriendo por los ríos.
Viene a mi alguien, una o dos personas con quienes compartí muchas cosas. Pero ellas ya o existen, ellas fueron imágenes que me formé en la cabeza. Son creaciones mías, muy distantes de aquellas personas en realidad, así como yo, solo soy en ti, el resultado de las percepciones sensoriales al con vivir conmigo, jamás sabrás quién soy en realidad, nos hacemos un molde de un apersona y creemos que es como una maquinita, cuando oprimo este botón, sucederá tal cosa, pero luego no es así. Las personas (no sé si tristemente o para desdicha de algunos) son un poquito más complicadas.
Ni en in millón de años nos conoceríamos bien. Ni a nosotros mismos.
Quizá (empezando a «debrayar») esto tenga relación con eso de que para entender cualquier cosa a la perfección, habría que entender el universo en su totalidad (tarea totalmente absurda hasta para Dios Padre).
El universo es complicado, es raro. Al igual que tú, al igual que yo y lo que vivimos, no puedo encontrarle ni pies ni cabeza, ni siquiera un cuerpo. Y aún así, no perderé la esperanza.
Trataré de ser feliz… Aunque duela un poco… |