Sentía demasiado cansancio, le costó mucho poder despejar su mente para poder ordenar su ejército de ideas, ejercito que estaba destinado a combatir fielmente sus propios demonios, batalla incansable e interminable que día a día, la luz de su alma pedía como alimento…El jamás habría podido desear que su luz se extinguiera, por lo tanto, la guerra declarada en su interior no tendría fin.
Por fin vio todo con claridad, su boca retocada febrilmente por un desenfrenado y sangriento pincel….las manos, sus propias manos que todavía apretaban el cuello… era fácil, su cuello era tan frágil, aquel ser tan poderoso, que por tantos años había podido controlarlo y decirle lo que deseaba que el hiciera el por ella… pero en el sueño su enemigo se retorcía, sus ojos clamaban piedad y a la vez mostraban la mayor incredulidad que en su vida hubiesen reflejado, aún así, el podía apretar todavía su enorme cuello, lo paralizaba saber que ya poseía la fuerza necesaria para provocar sufrimiento a su mayor enemigo…por fin aquel demonio dejó de respirar…el lo sintió en su alma y rió, rió y rió….por fin se sintió libre, y junto con conocer la libertad…despertó…..
Y al despertar por completo pudo ver que el pincel mágico que su boca había tornado de rojo, habían sido sus propios dientes al desgarrar aquel cuerpo de anciana, y junto con la impresión y el terror del crimen, pudo decir al despertar…..Madre, velé tu existencia mientras no tenia la valentía de asesinarte…. Pero pude ganar la batalla a mis demonios y maté al peor de todos, al que me apresaba….y logré darme cuenta de que ya no soy un niño, y aquel demonio ya no podrá atacarme…nunca mas me atacará…lamento que usted madre deba morir, pero ya soy un hombre libre …..
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