Proverbio 6 para loscuentos.net

Epícteto filósofo griego

"Sensato es el que no llora por lo que no tiene, sino que se alegra por lo que tiene."

Muchos tienen la costumbre de ver el vaso medio vacío, en vez de verlo medio lleno. La televisión, las revistas y otros medios nos muestran lo que se debe tener, usar, y manejar en el mundo. Y si no lo tenemos, o no lo usamos, o no lo manejamos, somos personas de segunda clase. ¡Que digo de segunda clase, en realidad no deberíamos existir sin ESO! No importa si ESO ya está fuera de moda en pocos meses. Por lo tanto nos quejamos que no podemos acceder a lo que la mayoría tiene. ¿La mayoría? Si no estaríamos enfrascados tanto en nuestros vanos “problemas” cotidianos, nos daríamos cuenta que la mayoría no tienen ni lo suficiente para comer, mientras que nuestra heladera nos muestra un surtido que hasta tenemos que tirar porque nadie lo come. Que muchos tienen que caminar kilómetros para conseguir agua potable, mientras nosotros sólo tenemos que abrir un grifo en la cocina o baño. Que otros viven tan lejos de la civilización que se alumbran de noche con la luz de la luna o de las estrellas o simplemente no tienen luz porque no la pueden pagar, mientras que nosotros la derrochamos dejando las luces prendidas en las habitaciones en las cuales no estamos. Mientras que muchos millones conocen la palabra ”libertad” sólo como una palabra más en el diccionario, mientras que nosotros tenemos la libertad de elegir, pensar y decir lo que queremos.
No creen que deberíamos estar agradecidos por lo que tenemos, sea o no el último grito de la moda, o el último modelo de televisión. Ya el poder levantarnos en la mañana de una cama, otros duermen en el piso, y mover nuestros brazos y piernas, el ver, sentir, oír, hablar, debería llenarnos de agradecimiento. ¡Pero no! Porque voy a pensar en eso, si nací ya con todo esos sentidos y movimientos. Pero el día que por un accidente o una enfermedad perdemos algo de lo que creíamos normal, recién entonces nos damos cuenta que fue lo que tuvimos y no le dimos importancia porque siempre anhelamos lo que no tenemos.