El secreto ha roto los cristales que se han formado de aquellos besos de mariposa, eso besos que volaban a través de la distancia musita ahora son solo cenizas de un momento antagónico en la solitud del frío. Esa voz sombría que ha dicho las condenaciones ha extinguido con un soplo la última vela y ha dejado que la cera se endurezca como una blanda capa sensible a lo dilatado de mi piel, por donde sangro, por donde me purifico. Incertidumbre se muestra maliciosa como una navaja acechando el momento preciso para cortar mi cuello y robar mis alas, esas alas que se han visto impresas en las notas suicidas de mi rostro imperfecto, de mi belleza marchita que escondo en la negritud que mis sonrisas falsas esconden y que exhalo convertidas en dolor.

Sabiendo que tan solo soy un pecador me envuelvo en invierno y en las planicies blancas que se han visto manchadas de un rastro imborrable de sangre, sangre envenenada de ti, sangre agonizante y pútrida que arrebatadamente subyuga mi dolor que es mi placer…¿Seguirás tu orgullo y la asesinaras esta noche?...