Recordaba su sonrisa, su mirada serena, su dulce voz, su andar despreocupado. Todo eso y muchos recuerdos más conservaba Elena en su corazón de madre envejecido.
Marisel adoraba escribir poesías, siempre estaba allí para discutir las injusticias y para ayudar a los demás; en pocas palabras vivía intensamente.
Vivir…cuánta alegría irradiaba en cada lugar al que iba…cuánta luz desprendían sus veinte años de juventud, su ternura a flor de piel, su espíritu libre….
Si, todavía perduraban en la mente de Elena, en lo profundo de su memoria esos recuerdos….tan lejanos ahora…y al mismo tiempo tan presentes….
---Martín me pidió que fuera su novia…---dijo esa mañana de agosto, con el brillo invadiendo sus ojos, esos ojos pardos distintivos de Marisel.
--- ¿En serio?... ¿Y que le respondiste?..---aunque ya intuía la respuesta porque conocía a su hija como la palma de su mano; tenían una relación muy unida, de confidentes y amigas…
--- ¡Que si mamá, que voy a decirle!---exclamó con un tono impulsivo y nervioso, para luego agregar con voz melancólica--- Si sabes que lo quiero desde el primer día en que lo conocí…----y su vista se perdió por unos instantes, como recordando una situación muy feliz….
Enseguida salio de su ensimismamiento, añadiendo:
---Hoy a la noche vamos a salir…me dijo que me iba a llevar a un restaurante nuevo...o algo así me dijo…todavía no se que voy a ponerme….----
----Bueno, cuando vuelvas de la facultad vemos que te pones…ahora andá, que se te hace tarde…---
---Esta bien, esta bien…ya me voy….----dijo riendo, con su voz suave y profunda….
Elena la acompañó hasta la puerta…pero antes de irse, su hija volvió a hablarle:
--- ¿Crees que el vestido azul me quedaría bien?---
---Andá de una vez Marisel…---repitió su madre sonriendo…
Ella se fue corriendo a la parada, ubicada enfrente de su casa.
La madre se dispuso a regar las plantas, mientras observaba como su hija la saludaba con una sonrisa y subía al colectivo.
Elena la saludaba…o sólo la observó mientras se alejaba…el recuerdo desaparecía, se confundía, se borraba…
Era agosto de 1976….lo sucedido en la Argentina en ese entonces es totalmente incomprensible desde todo punto de vista. Miles de desaparecidos…miles de vidas destruidas y ninguna explicación coherente a tanta desolación y sufrimiento…
Elena nunca mas volvió a ver a Marisel…Nunca más oyó su voz, ni vio su mirada cristalina….Nunca más la abrazó, ni le dijo te quiero…
Aún hoy sigue esperándola…como tantas otras personas que siguen esperando a sus seres queridos desaparecidos en esos años nefastos…
Mirando el amanecer de un nuevo día y aquella parada de colectivo donde la viera por última vez, Elena se repite a si misma:
---Si Marisel…el vestido azul te hubiera quedado hermoso.---y las lágrimas comienzan a bañar su rostro marchito por el tiempo y el dolor…