Son tan sólo las 11 de la mañana de un domingo más. Pero no es un domingo cualquiera, es un domingo especial. Es 29 de febrero, por lo que tendré que esperar al menos unos años más para tener uno, por lo menos un poco parecido.
Pero nunca habrá otro igual, es imposible.
Estoy en un lugar que no conozco, y te miro sin saber que decir.
Es ilógico, es estupido...te espere por tanto tiempo y ahora no se que decir.
Se que te vas en unas horas. Tal vez no te vuelva a ver nunca…y aquí estoy, perdiendo la oportunidad de tu cercanía.
Acabo de hacerte el amor, y no sé si tu lo sabes. O si sólo se pierde en la aventura de una noche. No nos dijimos mucho, tan sólo nos dejamos llevar, embriagados en la emoción de encontrarse al fin. Sólo nos sentimos cerca, sólo sentía los latidos de tu corazón y el ritmo de tu respiración. Y no me atreví a hablar, no quise romper el “momento”.
Solo te miraba, esperando a que dijeras algo que me permitiese liberarme de este gran secreto. Pero no dices nada.
Me asusta tu silencio, me aterra empezar a necesitarte siempre así. Me levanto de una cama ajena, que no es tuya ni mía, pero que alberga esto…estas horas de entrega. Nuestro “secreto mejor guardado”. Tú me miras, sin entender que hago, que me pasa.
Yo sólo me visto rápido…me acerco a ti, te beso y me voy. No puedo dejar que digas nada ahora…ya es muy tarde.
Salgo en busca de mi auto y arranco. Prendo la radio y pongo el volumen al máximo. Eso me mantiene ocupada.
En un semáforo un hombre detiene su auto al lado del mío. Se baja, me pide abrir la ventanilla. Yo sin saber porque le hago caso. El me dice: “Hola ¿me darías tu teléfono…para que así podamos conocernos mejor? Me rió y le contesto que no. El insiste, yo vuelvo a reír y le contesto “Es que no estoy sola…y a él le molestaría mucho todo esto”. El semáforo cambia a verde y arranco lo más rápido que puedo, para escapar de ese hombre, para escapar de ti, para escapar de mí. Pero no puedo.
Me detengo, ya no puedo más. Lloro, tan sólo lloro porque estoy más sola que nunca. Porque te perdí para siempre, por ser cobarde y no decirte cuanto te amo y necesito a mi lado.
Ahora sólo puedo esperar que pronto sea tenga en mi vida otro domingo 29 de febrero..y tal vez, sólo talvez tú estés junto a mí.
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