Terapia asistida

A la madrugada el hospital del terror como le llaman en las inmediaciones, queda custodiado por alguien de guardia que no hace mas que dormir por el aburrimiento. Sin embargo, por una de las ventanas que da a la calle alguien puede entrar. Como duerme y esto el intruso lo sabe, decide entrar. Al entrar revisa la sala de operaciones pero busca algo y se desespera de no encontrarlo. Tira cuanto frasco de medicinas encuentra y procura leer bien las etiquetas antes de hacerlo, pero no busca medicina. Busca arsénico, hace tiempo quiere acabar con su vida según dice debido al sufrimiento por usar cuello ortopédico que lo tiene a maltraer. Se sienta en una silla y desvaría, se siente mareado, y muy cansado. Se toca la frente y se da cuenta que tiene fiebre. ¿Pero quién lo puede atender? Piensa que si el llamado guardia lo ve lo manda a la cárcel, pero no se da cuenta que esto es un hospital. De pronto, se queda dormido. Cuando despierta, ve la cara del guardia lo saluda, está atado a la camilla. Te llevaré con los demás le dice el guardia. Debe seguir la terapia si quiere vivir. ¿Los demás? ¿Quiénes? Llamaré a un enfermero para que te alivie. El guardia lo lleva hacia su destino, ¿Vamos a la sala de los tormentos? Haz silencio! ¿Que tiene de especial esta sala? Quien ingresa es sometido a terapia de electroshock sin necesidad de que lo revivan. Por querer robar medicina este es tu castigo: terapia de electroshock, y para asegurarme de que no mueras, te daré medicina. ¿Sabes que medicina? Te daré aspirinas para la fiebre, con esto creerás que no estás muriendo y tardarás mas en morir, al menos eso creerás dice, te dare arsénico y ve que sonríe sarcasticamente. El intruso se ve confundido y sabe que el guardia tiene una inyección en el bolsillo de su camisa con un líquido verde que tal vez piensa suministrarle. ¿Que es ese líquido? El intruso alucina, el guardia acerca el aparato para suministrarle electroshocks a diferentes voltajes. No se siente ahí, su cuerpo flota, su mente vuela. De repente, consigue liberarse, y se levanta de la camilla, le quita la inyección de su bolsillo al guardia y se la clava en el cuello. Vuelve a clavarsela una y otra vez, una y otra vez hasta matarlo. Se pone de pie y se siente mas mareado que antes. Antes de morir, cae al suelo y enfoca su mirada a la camisa y lee que dice enfermero S.w, y observa que en la inyección hay una etiqueta que dice: mdw, medicina para el corazón.