En el fondo de la ciénaga,
al final del laberinto,
un día del pasado,
se cruzó nuestro camino.

Explotaron emociones
Nos sentimos como niños,
Ese día, de improviso
Nació este cariño

De la felicidad en nuestra alma
el verano fue testigo.
Y la maravilla del amor
Dio el fruto compartido

Ha pasado el tiempo
Y la flor marchitado
El peor de mis errores
fue creer que no estaba errado