“... Ohh y he visto tantas veces solo el amanecer... Y la belleza de compartirlo contigo es que siento que hoy puedo escucharlo. Puedes besarme si lo deseas, puedes sellar soles en mis mejillas y competir con el paisaje.
Transforma tu sonrisa en nubes blancas y cierra por favor tus ojos al besarme. Que las estrellas siempre se van cuando llega el día...”
Y así, en mis adentros; el hada dulce iba llenándose de vida.
Texto agregado el 21-09-2007, y leído por 275
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