Últimamente voy encontrando como aquellos que tienden hacia aquello que llamamos progresismo (quizás otros prefieran el rótulo de izquierda democrática; a cual según sus gustos gramaticales) responden con fiereza a todo tipo de preguntas que tienden a golpear su pequeño muro de ideas preconcebidas.
La violencia (física, verbal o mental) sólo proviene del miedo a lo desconocido ( un tópico, sí, pero bien cierto). He aquí el problema básico el progresismo moderno: lo desconocido. Un buen progresista dirá sus cuatro ideas de una manera automática: la sociedad moderna sólo piensa en la comodidad (ya empezamos con las generalizaciones que hacen los que no están seguros de sus ideas), debido a esta comodidad no hay movimientos sociales como los de antes (se apoyan en lo pasado para que sus ideas tomen un carisma histórico), aún así es cierto que hay movimientos que luchan por las igualdades sociales como el movimiento antiglobalización (ya empiezan a contradecir su segunda idea) y por último los jóvenes y la sociedad de este país no es como la de aquel país ( cuando no sabemos que decir echamos el “muerto” al otro).
Es curioso, si se fijan atentamente en estas cuatro ideas que acá apunto (que bien podrían ser dos o veinte. Sólo es un breve resumen de sus ideas) verán un cierto símil entre ellas, ¿lo ven, verdad? ¿el símil entre ellas es la sociedad, no? Podría ser, ¿no? Pero sean algo más escrupulosos ¿ya sí que lo ven? ¡Ahí está! En ninguna de sus ideas existe ninguna pregunta, ningún amago de duda, en definitiva, ningún atisbo de mejorar.
El progresismo (o la izquierda democrática; elijan otro nombre si así lo prefieren) va tendiendo poco apoco a ese atascamiento que ellos dirían que se debe a la comodidad propia del Estado de Bienestar pero otros preferimos denominarlo como aquel proceso, llevado a cabo tanto por políticos y prensa progresistas como líderes de asociaciones/movimientos de esta índole, consistente en el “aborregamiento” de las masas para que un futuro próximo esas masas pasen de una oposición a una fidelidad al gobierno de izquierdas de turno. Todo sea, claro está, para alcanzar esa sociedad sin clases de su queridisimo Marx, eso sí, lo de la propiedad colectiva lo dejamos sólo para los africanos que esos son partidarios de compartir su miseria y nuestro coche es un bien que ellos no saben valorar.

El caso del “aborregamiento” es algo que puede llegarse a entender ( hasta los alemanes apoyaron a un tirano como Hitler) pero lo que más daño hace es esa necesidad que tienen de hacerte ver que sus ideas son únicas y, lo peor, es que sienten un desasosiego tremendo pues se piensan incomprendidos sociales cuando más de la mitad de la población coinciden en sus creencias ( no sufráis borreguitos que no estáis solos). Sumando a esto, cosas más personales como que te señalen como reaccionario o progresista trasnochado. No se alarmen que no trataré de afirmarme dentro de ninguna ideología.

Para terminar, les pediría un pequeño favor: reflexionen sobre si son Vds. unos borregos. El problema no es creer en las cuatro ideas que arriba comentaba, desde luego que no (hasta puede resultar saludable para nuestra actividad mental), el problema está en sí esas ideas son respuestas ya dadas a unas preguntas ya más que reiteradas o bien son ideas basadas en unos fundamentos individuales.
Piénselo seriamente y un consejo: los fundamentos en que se basan sus ideas también pueden venirle de fuera aunque crea que vengan de elucubraciones propias.