Era costumbre.
Siempre con la mirada baja y encorvado caminaba, era torpe al avanzar.
Un día tropezó con una flor y cayó de espalda, abrió los ojos y miró hacia arriba temeroso, al ver aquello tan hermoso, por sus mejillas cristales rompían un serio rostro.
La flor sonrió y se miraron por primera vez.
Existe un cielo en cada rincón y nubes que lo complementan a la perfección...
Jamás volvió a bajar su mirada.
Texto agregado el 21-09-2007, y leído por 169
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Lectores Opinan
31-01-2013
los ojos abiertos siempre, hasta en los sueños :) vihima
09-01-2008
..si.. a veces uno abre los ojos a la grandeza ya no quiere volver a cerrarlos.. Mildemonios
21-09-2007
No termino de explicarme como logró caerse de espaldas o como, mirando siempre el suelo, se tropezo con esas cosas que uno se preocupa mirar y mirar, jamás tropezar. Pero: ¿quien dice que el cielo es más bonito que las flores? El doble de Baudelaire... Abin_sur
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