Celebro aun aquella noche.
La idea del amor no es más que un montón de perros de caza
derrapando en la esperanza.

Mía es la alta noche que cubre tus encantos.
La esparcida leche en estrellas que iluminan.
La luz diamante de tu cuerpo hálito y desnudo.

Anoréxica reina, yo te amo sobre la pauta del tiempo
los pequeños silencios, el eco interminable de una lágrima
el último beso, las grandes ausencias.

Y sé que no importa, la falta de tu cuerpo
quien amó lo sabe,
mi celebración es más grande
marrón y abisal como los cerros.

Amo la encadena oscuridad de los calendarios
y las esquinas, que repiten tu nombre.
Blanca y eterna
te despliegas como los latigazos de una bandera,

por eso te amo a 48 horas por día
8 trenes por puerto
y cartas de amor que se mandan sin saber, la mañana que el ausente llega.

El amor, siempre mutable, es una joya barata
mi celebración es sobre el único acercamiento que vale la pena.
-El momento del amor-.
El brillo de la estrella, ya inexistente.