Te duermo aquí en mi pecho y tú te vas tan lejos...
Era el baile final,el de la despedida.
Tu mano se afirmaba tomando mi cintura
en un leve temblor, cual esas hojas leves
que tiritan de frío.
Mis ojos recorrían sollozando en tu hombro,
el último paisaje que tu amor me ofrendaba.
Los tuyos lagrimeaban impercetiblemente
las lágrimas de hombre,llorando su pasión.
Como dos marionetas ,manejadas
por otros.
Sin destino ni gloria,sin porqué,
a la deriva.
Yo solamente quería
acunarte en mi pecho.
Dormirte,suavemente aquí,entre mis brazos ,
entregarte a la muerte,cubierto por mi amor.
El adiós se acercaba y nuestros corazones
latiendo desmayaban ,como pájaros yertos.
La muerte te llevaba,a otra ciudad sin nombre,
donde deseabas dormir,sin que nadie te viera.
Amor de mis amores!..no te lleves tus ojos:
dejame tu calor,tu pasión tu palabra,
dejame el latido postrero de tu pecho,
porque cuando tú partas,moriré de tristeza.
Si tu quieres asi ,la agonia, la acepto
.
Estás en tu derecho de morir allá lejos
adonde no te vea, como una flor extraña
emergiendo en la nieve.
Apriétame más fuerte como dejando en mí,
el espíritu agónico
que con dolor se aleja.
La tibia miel del alma te la dejan mis labios,
el calor de mis besos ,los llevas en la boca.
Adios,bendito amor ,
Yo por siempre te amo, hasta la eternidad.
Rosa tenue
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