Hace mucho, pero mucho tiempo…antes del hace mucho tiempo de los cuentos de hadas…es decir mucho mucho tiempo…habitaban las criaturas mas fantásticas de este mundo, ellos vivían en el bosque “solodilo”. Aquí se escondían: driadas, hadas, elfos y gnomos.
El bosque “solodilo” era una especie de lugar de entretenimiento para estas criaturas; porque este bosque era inhabitado y ninguna especie humana se había atrevido llegar hasta aquí.
Cierto día hubo un festival; era un campeonato de driadas y hadas (siempre hay rivalidad entre ellas…si una es mas hermosa que la otra...o quien desaparece mas rapido…quien es la mas alta…quien es la mas inteligente…quien es la mas delgada…en fin ...siempre estaban en competencia) por eso dicen algunos, que las mujeres proceden de las “driadadas” (driadas+hadas) especies de proto-mujeres que bajaron de la colinas y gustaban jugar a las escondidas… y cualquier juego que implique competencia… bueno…en fin ese es otro cuento, no nos vayamos mucho del tema.
En el festival que significaba “discusión” al final, invitaban a los elfos mas justos…porque los gnomos no son de buena reputacion que digamos…todos sabemos que estan robandose algo a medianoche…bueno este año por tercera vez consecutiva las ganadoras fueron las driadas. La hadas se enfurecían, gritaban entre ellas…algunas mandaban hechizos hacia las driadas…era todo un caos!
-Ahhhhhhh! grito Yeshire (la mas joven de las driadas)…Namive (una de las hadas) la seguia volando como si fuera un petardo. Namive puso en función su varilla mágica y de repente Yeshire cayo, cayo y cayo como si fuera un trozo de papel.
La pobre driada cayo fuera del bosque, sus hermanas driadas la daron por muerta y las hadas al enterarse de dicho acto, le quitaron los poderes de magia a Namive, es decir se convirtió en un hada blanca y no azul como lo fue algún día. Namive solo podía volar y hablar mas no poder usar su varilla mágica como lo era antes.
Yeshire despertó luego de una semana de inconciencia, se encontraba fuera del bosque…estaba desorientada y perdida ¿¿Que hago?? ¿¿Donde estoy?? Se preguntaba la tierna driada. Volaba y no encontraba el bosque.
Oh no!!!! Que hago ahora… jamás vere a mis hermanas…lloraba desconsoladamente Yeshire.
Muy cerca de ahí, triste en su agonía Namive volaba y se maldecía por supuestamente haber matado a la inocente driada.
Si solo pudiera cambiar las cosas… si solo me dieran una oportunidad…exclamaba.
Pronto escucho un grito muy conocido, muy familiar.
Ahhhh!! Que alguien me ayude por favor!!!! …Namive escucho los gritos de Yeshire pero no lograba atreverse a adivinar de quien pertenecía el grito.
Yeshire estaba siendo atacada por un “duenmonio” (estas criaturas eran parecidos a los duendes pero poseían dos cornamentas pequeñas en la cabeza, similares a las de un diablillo).
Los “duenmonios” tenían como hobby particular, capturar driadas, elfos y gnomos jóvenes; algunos dicen que estas malignas criaturillas beben la sangre de estos; ya que posee el elixir de la juventud y lo que mas temen los “duenmonios” es envejecer; y bueno otros dicen que los raptan para presentarlos al “duenmonio mayor” como prueba de su valentía y así ser subidos de grado (que como en toda sociedad hay clases y los duenmonios no se salvan del orden clasista).
Namive fijo su mirada hacia el duenmonio y vio que tenia atrapada en una jaula a una driada que le pareció familiar.
Yeshire…amiga driada!!! exclamo.
Yeshire- fijo su mirada donde se encontraba Namive-
Namive por favor sálvame-exclamo.
El duenmonio no paraba de dar volteretas alrededor de la jaula.
Y ahora como saco a Yeshire de esa jaula, si ni siquiera tengo mi magia.
¡¡¡Sal de aquí maldita hada, vete lejos donde nadie te encuentre!!! -grito Trifudon- el duenmonio, lanzando una bola de sulfuro; que felizmente Namive logro esquivar.
Luego Namive se escondió y comenzó a recordar algo que había leído en el libro de Fiderey (el hada madre).
Solo una canción-dijo Namive.
Namive canto y canto, con una voz tan tierna y dulce a la vez, que parecía que las montañas, el sol y la naturaleza completa vendrían a sus pies dejando sus puestos atrás.
NO!!! Música tierna de hadas malditas!!!-grito Trifudon, echándose a correr por el bosque seco… muy lejos del bosque “solodilo” (por eso es que no capturan hadas jóvenes porque todas ellas poseen un canto melodioso y tierno).
En este momento Namive aprovecho en sacar a Yeshire de la jaula.
Gracias amiga mía! Gracias, salvaste mi vida-exclamo Yeshire.
Ambas sobrevolaron el bosque seco hasta llegar al bosque “solodilo”. Grande fue la sorpresa de las driadas al ver de nuevo a la joven hada Yeshire. No cabían en su alegría al igual que las hadas, los gnomos y los elfos. Todos se quedaron perplejos al escuchar la historia y conocer la valentía de Namive.
Yo solo quiero pedir que la magia de Namive vuelva otra vez a ella- dijo Yeshire a Fiderey (el hada madre).
Si tu lo pides Yeshire tu petición será cumplida-contesto Fiderey.
NO,-grito Namive- yo no quiero mi magia de nuevo, yo poseo mi magia y aun no me la han quitado, mi magia siempre estuvo conmigo y nunca me abandono.
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