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Su cuerpo me hacia pensar que algún día sería mía. Que sus ojitos verdes brillarían con mis besos. Pero ella estaba distante, tenía otras pretensiones en sus pensamientos, había otras prioridades.

Llegó a mi apartamento muy aturdida, sus tendones estaban tan rígidos que mi piel profesaba que se estiraría lentamente sobre mi tapete… Daría vueltas suciamente sobre lo que el día anterior había sido el lugar de mi acto desesperado y yo empalagaría sus pensamientos con una ceremonia sexual que pasmaría todo lo que ella había establecido como “vida”. Quería que animalmente nos fusionáramos y que sus miembros genitales me rozaran lo más profano de mi alma, mi vagina ..

De pronto empecé a delirar con sus curvas y mientras ella lloraba recordando su infernal día, mi cuerpo palpitaba desde lo mas profundo, como un arroyo que todo quiere llevarse mis manos la abrazaron y sentí su olor a dolor…Me tomó de una mano y la acariciaba mientras mis muslos se entretorcían y se rozaban con el tapete de la sala…. Ya estaban mis genitales acariciándose con mis interiores y todo se había vuelto cómplice de un momento de pasión…
Solo faltaba ella.

Me pareció que sus labios declararon una sonrisa al vacío y entonces acomodé mis piernas entre las suyas; atada a ella puedo matarla con mi deseo y llevarla a rastras al momento del sexo.. cavilé silenciosamente…Solo por un momento me percaté de su calor interno, cuando me dijo… ¿me puedo bañar? - la toalla está en el baño, hazlo…

Mientras sentía la regadera caerle en su piel adolorida, mi cuerpo se extasiaba hasta con el ruido de los pájaros, o el sonido de la calle, con el cantar de mis sentidos, todo hacía parte de un instante crucial a la hora de intervenir en mí, pensé aturdidamente. Calculé tiempos, y repasé en mi memoria un posible acto lleno de pasión, ella se tardaría mas de diez minutos, -el tiempo necesario para quitarme esta arrechera- dije para mi..

Me recosté en el tapete y acomodé mi cabeza sobre una almohada, soy muy atrevida a la hora de tocarme porque solo me lleva al éxtasis poder observarme plenamente. Sentí que ella entreabrió la puerta del baño y mis genitales saltaron del tapete hacía un lugar en el que pudiera observar si era o no cierto mi presagio.

Había cometido un error que no tenía perdón; haberla dejado entrar al baño y no cerciorarme de que las llaves estuviesen en mi poder, eso me habría empujado a desearla mil veces más. Empecé a Tocar mi entrepierna con dulzura y desenfreno mientras el temor a ser vista por ella y sorprendida en el acto me convulsionaba los sentidos. Observé el tablón de la cocina y percibí el olor a frutas frescas, recordé que hacía algunos días en medio de mis revoluciones sexuales había comprado unas esencias para el baño, así que las busqué y las tomé como símbolo de defensa ante la huida. Le golpeé agitadamente la puerta del baño y ella rápidamente la abrió, tal vez estaba tras la puerta esperando a que yo la golpeara. Cuando pude ver sus ojos, mi desalentado cuerpo recobró fuerzas y contemplé toda su piel al descubierto. –no decía nada- Yo temblaba y el frío la hizo abrazarme. Estaba desnuda y solo podía rozarla con mi pierna en su vulva, sus genitales palpitaban tan fuerte que llegaron a mi corazón y estallaron enérgicamente hasta sentirla completamente mojada. No quería parar de tocarla, y ella gemía animalmente hasta haberla comparado por un instante con una loba en celo…- hace días esperaba este día, le dije trastornada por el excéntrico momento, ella me miró por un instante y me dijo:
-Yo también..
No lo pensé, el tiempo pasaba rápidamente y su deseo me hizo sentir escalofríos, - hace tiempo no lo practico, siempre soy yo la que lo hace- (recordaba el acto sexual que envolvía a los dedos y los hacía entrar en el culo excitantemente). Le dije con mis ovarios un poco asustados, -¿quieres que follemos por el culo?. Ella me levantó con sus brazos doloridos y me llevó al cuarto, casi no me puede alzar lo cual hizo que por un par de segundos dejara de sentir tanto calor. El rito inició, pero en mis manos estaba el sobrecito de fragancias y corrí hacía el baño por un poco de agua. Rápidamente lo abrí y comprendí que ese olor era un manjar sexual lo cual excitó de nuevo mis sentidos al punto de llegar a la cama y observarla tan minuciosamente que sentí un poco de pena de su parte, mis ojos se penetraron en su limpia vagina que exigía un poco de placer de mi parte; la vi ingenua, vulnerable, ella deseaba apreciar mis labios en movimiento, deseaba sentir mi saliva caminar por la ángulo en donde todo da vueltas, por lo que algunos dicen llamar clítoris y que para mi es el monte sobre el que desea reposar mi lengua.

–me he masturbado frecuentemente pensando en lo que sería este momento(Le dije sin preámbulos.) perdona mi sensatez mujer.
-como dice eso?.. no hay nada que perdonar, he hecho lo mismo.

Soltamos unas carcajadas aireadas de placer. Me gustaba que me dirigiera la palabra con cierta distancia, me hacía sentirla perdida, lejana, conquistable, incluso me gustaba olvidar su nombre, así me empujaba a pensarla. En ese mismo instante golpearon la puerta del apartamento, abrieron la puerta con cierto sigilo, me asusté un poco pero solo pensaba que una vez más había dañado mis deseos se habían ido a un recóndito lugarcito en el que siempre han de dormir mis fantasías.

Mis pensamientos se mezclaban con el deseo por la muerte y mi hermanita apareció sin nada más que sos ojos sobre mí. Tuvimos que postergar ese trasgresor acto sexual que ya no me dejaba pensar en nada distinto a sus nervios, sus presiones, sus miedos y su dolor a punto de fundirse con mis ganas por ella.

Paola Nieto…

Texto agregado el 17-09-2007, y leído por 213 visitantes. (0 votos)


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