LA PRINCESA DE LAS MOSCAS


Hace muchos años, mucho antes de que existiera el sol y la luna, el mundo estaba lleno de reinos diminutos, cada uno con su princesa o con su príncipe. Uno de ellos, era el Reino de los gigantes de piedra, gobernada por la joven Selena, la hermosa princesa de los rizos dorados. No muy lejos del Reino de los gigantes, había otro reino, llamado Reino de agua gobernado por una pequeña y fuerte princesa.
Un día, nació una hermosa joven en el reino de los gigantes. La joven Selena, en cuando la vio en su corte, se enamoró de ella en el mismo instante en que la vio, y la hermosa joven le correspondía así que decidieron vivir juntas. Su amor duró muchos años y vivieron muy felices, hasta que un día, Selena, al despertarse, se encontró la cama vacía. Ni rastro de ella en toda la casa, solo quedaba un pequeño colgante con la forma de medio sol.
Selena estaba desolada, la joven era su razón de vivir, así que una mañana decidió ir a buscarla por los numerosos reinos del mundo.
No tuvo que cabalgar mucho, pues al llegar al Reino de agua, vio como la princesa Cirnadia, la gobernante del reino, paseaba tranquilamente con la joven cogidas de la mano por los jardines de su castillo.
Selena, dio la vuelta, y cabalgando tan rápido como pudo llego a su reino y se encerró en su castillo. Al poco, los habitantes del pueblo vieron como un mensajero, montado en un hermoso caballo gris piedra salía volando hacia el Reino de agua.
Cirnadia y la joven andaban por los jardines del castillo, como siempre cogidas de la mano, cuando un estruendo las asustó. El mensajero estaba a las puertas del castillo reclamando una reunión con la princesa. Cirnadia accedió, y lo que oyó de los labios del jinete no la pudo sorprender mas:
"Por orden de Selena, princesa y soberana del Reino de los gigantes, se ordena la rápida devolución de la joven secuestrada o la guerra caerá sobre vuestro reino"
Cirnadia miró a la joven y esta se abrazó a ella, diciendo que no quería volver allí. La princesa se compadeció de ella, pues el amor que la ligaba a ella era inmenso, se dio la vuelta y ordeno al mensajero que entregara la respuesta a Selena, un rotundo no.
Cuando Selena recibió la respuesta, llamó a su ejercito, y se lanzó con fuerza a la guerra, pues amaba tanto a la joven que desde su partida apenas haya sido capaz de vivir.
Largos años duró la guerra, pero una mañana, Cirnadia no encontró en su cama nada mas que un colgante con la forma de media luna, el resto del palacio desolado.
Enfadada, creyendo que de noche le había sido secuestrado su amor, corrió en busca de Selene para retarla a muerte. Cual fue su sorpresa al llegar, no había joven alguna en el reino de Selena ni en sus alrededores. La joven se había volatilizado. Desoladas, las dos princesas lloraron amargamente su perdida y se culparon a si mismas de ello, creyendo que por su estupidez la joven se había ido.
al ver sus respectivos colgantes, decidieron unirlos en uno y el emblema resultante fuera el símbolo de ambos reinos, en recuerdo de su amor por la joven. así que llamaron a un herrero para que los juntara, más no fue necesario porque encajaban como si nunca hubieran estado separados.
Un momento después de la unión, el cielo se cubrió de moscas haciéndose una horrible noche en ambos reinos. Las dos princesas, creyéndose malditas, fueron a buscar la razón de tal plaga. No cabalgaron mucho, pues a mitad de camino de los reinos se encontraron una mujer de cuyo interior no solo salían moscas, sino escarabajos, serpientes y todo tipo de alimañas. La misteriosa mujer vio la cara de las princesas y se asustó robándoles los colgantes que habían unido como símbolo de su alianza. El colgante saltó por los aires y cayó, rompiéndose nuevamente en dos, y como por arte de magia, las alimañas desaparecieron, y la misteriosa mujer se transformo de nuevo en la hermosa joven por quien sus reinos a punto estuvieron de ser destruidos. Sin mediar palabra, la joven cogió los pedazos de colgante, y salió tan deprisa que no la pudieron alcanzar nunca mas.
Y según cuenta la leyenda, la joven misteriosa no era más que la princesa de las moscas, una mujer condenada a no saber amar y a destruir todo cuanto le rodea mediante mentiras. Que caminaba errante destruyendo reinos. La única forma de ver su rostro era juntando los colgantes que le fueron dados tras la maldición para que su horrible rostro real, no fuera visto por ningún mortal.
al saber la historia, las dos mujeres juraron venganza y mil veces maldecieron a la joven, y según se cuenta, tal fue la fuerza de su maldición, que las tres mujeres andana en una persecución eterna, reencarnándose una y otra vez para perseguir y cazar, al fin, a la princesa de las moscas.