Abro mis ojos al amanecer y me encuentro sumida en el silencio de la noche.
Mi corazón me ha despertado y hay mil razones, pero la verdad todas confusas.
Respiro profundamente y se disipa la incertidumbre como el sereno frió del amanecer.
En los cristales se encuentran ocultas las alegrías de amaneceres pasados.
Mueren las horas poco a poco y se despierta, nuevamente el sol en el universo.
Lo que parecía oscuridad en las tinieblas se convierte hoy en la mayor luminosidad.
El calor ha empezado a blanquear los edificios allá a lo lejos en el horizonte.
Me gustaría preservarlos así por siempre, pero el tiempo cada día pasa mas deprisa.
Me incorporo y corro la persiana para no mirar mas allá de mi ventana, y vuelve la oscuridad.
En mi corazón se despierta la duda de sí este es el verdadero silencio de la noche.
Texto agregado el 13-09-2007, y leído por 136
visitantes. (1 voto)