VERDE AÑORANZA
Evocó con nostalgia los días de mi niñez, cuando me recostaba sobre el prado, mirando la hermosa gama azul del cielo, los verdes paisajes en el horizonte, las corrientes de agua cristalina, fluyendo entre los eucaliptos, en fin toda esa naturaleza tan agradable a todos mis sentidos. Respirar el aire puro, sentir la brisa del viento, el calor de los rayos del sol, el juego con los corderitos, los terneros, los potros, los pollitos y los perros, el cuidado del jardín, el arreglo de las rosas, los recorridos para traer la leña, espacios y alegría, siempre con la esperanza de un pronto regreso a la finca de mi abuela, para explorar esa naturaleza pura y agradable, la cual siempre me tenia algo nuevo.
Recuerdo melancólico y lejano, ahora teñido con sangre, dolor y angustia, gracias a la guerra tan absurda que vive Colombia. Ahora los entornos para la vida, han pasado a ser solo unos espacios de muerte, donde la explotación comercial, el deterioro, y la perdida de identidad cultural y social, hacen olvidar el valor del agua, del árbol, de la flor, la hormiga y todos los demás seres, los cuáles, antes compartían el regocijo junto con su madre naturaleza, la cual, a cambio del poco o ningún compromiso y respeto profesado por el ser humano hacia ella, le da todo de si.
Demasiada incoherencia en un mundo, donde el gran avance tecnológico, el crecimiento económico, social, político, y educativo se sustentan en la destrucción ambiental. Los grandes países, esos, mal llamados desarrollados, son los primeros irresponsables de arruinar a nuestra madre tierra, dádiva de todo y para todos. Total después nos pasarán la cuenta de cobro, por las soluciones al problema de contaminación causado en gran parte, por ellos mismos.
Mientras tanto, seguimos inermes, con los brazos cruzados, preguntándonos, si bajo este camino, la tierra podrá soportar tanto descuido presente, sin llegar a un colapso irreversible, siendo lo triste y contundente de la respuesta, el precisamente no saber a ciencia cierta, si todavía haya alguna vida “racional”, para demostrarlo.
Mi esperanza esta puesta en la fumigación de las conciencias de los poderosos, a ver si puedo mirar y disfrutar en mi vejez, y tal vez en otras dos generaciones, lo vivido en los hermosos años de mi infancia. Espero no tener la necesidad de pagar por el aire y menos aún vivenciar, las eventuales guerras entre los países, ya no por el petróleo sino por el agua.
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