Mi espejo
Señor imponente, que te vistes de paciencia
Siempre estas allí para mí con tu infidencia
Frente a ti no se medir el tiempo me consumes
Me seduces con el dolor, de la profundidad de unos ojos grises
Sin darme cuenta me llevas a los encantos
Del jardín de los sueños y a la imaginación
Dando color aun rostro, un perfil, líneas trazos sutil
Entre aromas y adornos dorados, sombreados entre rosas y marfil
Las ventanas de mi alma se despiertan ante ti
Se pierden en tu inmensidad casi exacta
Siempre amable con intensidad, marga
Me pregunto ¿te podre ocultar algo?
Me atrapas, me enlazas ya sabes que lo evito
Me escondo tras un velo, pero siempre me descubres
Te enfrento, no es fácil para mí, someterme a ti
Pero, una nueva mañana, otra oportunidad de ignorarte…
Pero, no puedo caigo ante ti, como ante un hechizo de amor
Vamos, vamos, vamos…dos horas más que le hará…